Nada como estos días de permanecer en casa, para finalmente poner en práctica todas la recetas que tenías guardadas hace tiempo. Y no solo eso: sabemos que fuiste al súper a comprar alimentos que pudieran conservarse un tiempo razonable, así que seguramente tienes en la alacena latas de atún en agua o aceite, que puedes volver algo de otro nivel.
¿Te imaginas poder hacer una receta deliciosa, con un ingrediente que no pensabas que podría ser tan versátil?
¡Empecemos!
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Toma en cuenta que en esta receta hay procesos que se acercan a los de la preparación de una lasaña.
Abre las latas de atún y drena todo el líquido que tengan.
Pon a precalentar tu horno a 180 grados.
Filetea la cebolla.
Corta en rodajas muy delgadas la calabacita, así como el jitomate.
Despega los granos de maíz de la mazorca, previamente hervida.
Engrasa un recipiente que puedas meter al horno.
Extiende la masa quebrada sobre una superficie lisa y limpia. Corta una porción que quepa en el fondo del recipiente engrasado, y que pueda sobresalir hasta las paredes altas.
Reserva una tapa de la masa para el final de la receta.
Acomoda la masa del fondo en el recipiente.
Pon una cama de rodajas muy delgadas de la calabacita sobre la masa. Encima de ella, otra de jitomates, una de el atún, otra de granos de maíz cocido, sal, pimienta y un poco de queso manchego.
Repite todas las veces que permita la disponibilidad de ingredientes, así como la altura del recipiente.
Acaba la receta poniendo la tapa de masa, sí como unos jitomates cherry encima.
Mete a hornear por al menos media hora.
Sirve tibio, acompañado de una copa de vino blanco.