El ajo y la cebolla son dos de los ingredientes que más utilizamos a la hora de condimentar nuestros alimentos. No importa si hablamos de arroz, frijoles negros, sopas o carne molida, esta combinación siempre hace que cualquier comida sea mucho mejor. El problema es tener que pelarlos y picarlos todos los días, y peor aún, cuando nos toca esa cebolla que nos hace llorar con solo quitarle la piel. Conoce el truco fácil y rápido que te permite almacenar el ajo y cebolla picados durante mucho más tiempo.
¿Congelar el ajo y la cebolla cambia su sabor?
Es probable que alguna vez hayas pensado si ¿puedes congelar ajos y cebollas? La realidad es que sí puedes hacerlo y el proceso de congelación puede modificar el sabor y la textura de los alimentos, pero estos cambios suelen ser irrelevantes cuando se trata de la practicidad en la cocina. En el caso del ajo y la cebolla no hay un cambio notable siempre y cuando los consumas dentro de los siguientes tres meses tras su congelación.
Congelar el ajo y la cebolla picados es una excelente manera de tener siempre estos ingredientes “listos”, ahorrarte tiempo y sin tener que hacer el trabajo en el justo momento. Y ni siquiera hace falta sacarlo del congelador con anticipación para usarlo ya que puedes llevarlos ¡del congelador directo a la olla!
¿Cómo congelar ajo y cebolla para ahorrar tiempo al cocinar?
Aprende el consejo de oro para adelantar las comidas semanales, porque hoy te vamos a enseñar a congelar ajos y cebollas de la forma correcta.
El primer paso para realizar este truco es pelar la cebolla y el ajo, y trocear los dos ingredientes. En este paso, puedes picarlos con un cuchillo o usar un procesador de alimentos. ¡Pero atención! Picar en el procesador hace que la cebolla suelte más agua que picar con un cuchillo, por lo que es importante usar una velocidad baja y por un tiempo muy corto, para no hacer una pasta de cebolla. Si notas que la cebolla está demasiado aguada, escurre el exceso de líquido con un colador.
Una vez picados, el siguiente paso es engrasar un molde para hielos con un poco de aceite vegetal o aceite de oliva. Luego rellena cada espacio con los ingredientes troceados y coloca el molde dentro de una bolsa de plástico o papel film transparente.
Lleva al congelador hasta que estén firmes y, por último, desmolda los cubitos de cebolla y ajo y almacena en bolsas con cierre hermético, esto con el fin de que puedas almacenar una cantidad mayor.
Otro tip valioso es que puedes usar de preferencia, aquellos moldes para hielo hechos de silicona, ¡porque son mucho más fáciles de desmoldar!
A la hora de cocinar, solo bastará con sacar un cubito pequeño y añadirlo a la sartén a fuego lento con un poco de aceite vegetal o aceite de oliva y esperar a que se derrita y empiecen a dorarse.
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