Es muy probable que te pase lo siguiente: llegas a casa un viernes por la tarde, con hambre, abres el refrigerador y encuentras sobras de comida de toda la semana: ya sea verduras cocinadas y guardadas, un trozo de carne congelada, un poke de arroz y edamames que dejaste a la mitad… Seguro no querrás tirar a la basura esos restos de alimentos en buen estado, pero tampoco te vas a hacer un sándwich con todo lo que encuentres. ¿Qué comer, entonces?
Afortunadamente hay muchos trucos para aprovechar esa comida “a medias”. Hoy te compartimos algunos, para que le des una segunda vida y al mismo tiempo refresques algunas de tus habilidades en la cocina.
La taquiza
Nunca falla. Siempre puedes pasar a comprar tortillas (o recalentar las que ya tengas guardadas), calentar los guisados guardados que tengas, preparar una buena salsa y poner todo al centro de la mesa, para que cada quien se sirva lo que se le antoje, de la manera que mejor le parezca. Siempre tendrás versatilidad y evitarás que varias cosas se te echen a perder.
Huevos revueltos
Esto aplica para un sábado o domingo por la mañana. La versatilidad de, por ejemplo, los huevos revueltos o las tortillas de huevo, es que les puedes poner de todo. Encima el resultado será muy nutritivo (y por ser recalentado, mucho más delicioso).
Purés y cremas
Si te sobraron papas cocidas o cualquier otra verdura salteada, una de las mejores cosas que podrías hacer es procesarlas para volverlas puré o una crema de primer tiempo para tu próxima sentada a la mesa. Esto tiene una gran ventaja: como con anterioridad ya cocinaste esa comida, será mucho más sabrosa.
Arroces fritos
¿Acaso no los amas? Lo primero que debes hacer para prepararlos es poner a calentar un sartén o wok y fritar ahí cebolla y ajo, para luego ir adicionando verduras, hasta que empiecen a verse ligeramente doradas. Luego agrega el arroz blanco que tengas guardado, revuelve, adiciona soya o aceite de cebolla, y listo.
Empanadas
Es una de nuestras salvaciones favoritas. Siempre que tengas una comida preparada y almacenada, que sea consistente, puedes meterla en una masa circular que hagas con tus propias manos y luego ponerla a hornear o a fritar. El resultado será estupendo y, lo mejor, saldrá calientito para ir directo a tu plato.
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Quesadillas
Lo mismo que el punto pasado, pero con la ventaja de que puedes hacerlas con tortillas de harina o de maíz. Otra cosa que cuenta mucho, tratándose de una mesa mexicana: puedes agregarle gotitas de una salsa roja casera y serán todo un éxito. Te recomendamos que las calientes en comal, no tanto en un sartén. Siempre saben mejor de esta forma.
Sopas
Esta medida aplica cuando se trata de restos de verduras o germinados que se quedaron en los cajones de tu refrigerador. Consiste en algo muy sencillo: solo debes picarlas de un tamaño razonable y ponerlas a hervir con sal y las hierbas de olor que más te gusten. Si quieres algo aún más especiado, hasta puedes ponerle clavo o pimienta. Las sopas son muy nutritivas y verdaderamente captan el sabor de todos los ingredientes que la conforman.
Ensaladas
Con que tengas una lechuga, arúgula o espinacas a la mano, basta con que piques otras verduras y hasta guisos preparados que tengas. Solo debes prepararte una vinagreta o aderezo con sabores muy delicados, porque seguramente lo que le adiciones a las hojas verdes será de sabores medio complejos. En caso de que esto sea una combinación de muchos insumos, te recomendamos que mejor solo aliñes con aceite de oliva.
Fuentes: Clara | Web Consultas