Comer productos del mar es bastante común, especialmente en épocas en las que hace más calor. Y aunque el consumo de estos productos beneficia por su aporte de Omega 3, que a su vez redunda en una mejor salud general, especialmente cardiaca, vale la pena tomar ciertas precauciones con algunas especies.
De acuerdo con datos del Fondo para la Defensa del Medio Ambiente (EDF), es una organización sin fines de lucro de carácter ambientalista con sede en Nueva York, Estados Unidos, algunos animales marinos comestibles contienen cantidades de mercurio que pueden resultar nocivas para el ser humano. Los mayores riesgos de esto son posibles daños a la tiroides y los riñones.
Esto, debido a las cantidades de este metal —procedente de distintas industrias— que llegan a los océanos y demás cuerpos acuáticos donde viven los pescados. Éstos absorben mercurio, especialmente si son grasos y de color azul, y pueden ser presa de especies depredadoras más grandes, que generalmente acumulan todo lo que se comen. Por lo tanto, los que suelen tener índices más altos de dicha sustancia son los más grandes, y los que se encuentran más arriba en la cadena alimenticia de ese ecosistema.
Acá, algunos ejemplos que vienen incluidos en una guía practica para escoger mariscos, elaborada por el mismo EDF:
Tiburón
Es el que más mercurio acumula, pues se alimenta de peces, pulpos o calamares. Su carne, de acuerdo con el diario El Español, contiene unas 130 calorías por cada 100 gramos; no obstante, nutrimentalmente no es tan rico, ni sobresale mucho más que otros pescados. Sin problemas podrías intercambiarlo por otra especie.
Pez espada
Este también es un pez carnívoro. Cuenta con unas 100 calorías por cada 100 gramos y es semigraso. Tiene muchas proteínas y vitaminas B6 y B12, pero se recomienda consumir con moderación porque suele presentar el segundo nivel de mercurio más alto de sus similares comestibles.
Atún
La carne de este animal es muy consumida en México. No obstante, la cantidad de mercurio que se ha encontrado en ellos es menor que el pez espada y tiburón, debido a que sólo se alimenta de peces pequeños y cefalópodos.
Los atunes mexicanos son ricos en ácidos grasos y Omega 3, lo cual beneficia a cualquier sistema cardiovascular.
Corvina
Últimamente se ha puesto mucho de moda, especialmente para la preparación de ceviches. Se alimenta de pececillos y gusanos del fondo del mar, que a su vez comen plancton que puede tener el metal pesado. Es un pescado de gran sabor, con muchas proteínas, potasio, sodio y vitamina B3.
Caballa
Su consumo también ha aumentado en los últimos años en México, a pesar de que antes sólo se le pescaba en países europeos. Acá se le encuentra en la parte alta de Baja California.
Se trata de un animal pequeño, que come sardinas o boquerones. Está clasificado entre los azules, así que su nivel de absorción de mercurio también es relevante. Contiene Omega 3, así como vitaminas D y B12.
Independientemente de lo anterior, la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) de Estados Unidos tiene otras recomendaciones para América:
- Comer hasta 340 gramos (dos comidas promedio) a la semana de pescados bajos en mercurio.
- Moderarse con el consumo de camarones, el atún enlatado claro, salmón, abadejo y pez gato.
- Comer hasta 170 gramos (una comida promedio) de atún albacora por semana.