De un tiempo para acá ha sido un poco más obvia la necesidad que existe de dejar de consumir productos en exceso, sobre todo si existen formas en las que podemos hacerlo por nuestra cuenta y qué mejor si reciclamos ingredientes, recipientes y utensilios que ya tenemos en nuestro hogar. Nosotros te vamos a enseñar a preparar vinagre de manzana casero para aprovechar lo que queda de tus ensaladas de manzana.
En estas fiestas decembrinas abunda la manzana en platos fuertes, aperitivos y postres, y desafortunadamente muchos terminan tirando su cáscara. Esta cena de Año Nuevo te recomendamos prevenirte y no tirarlas. ¡Resérvalas para reutilizarlas!
Actualmente la situación económica en México y la situación en general ya no nos permite darnos el lujo de gastar tan fácil o de desaprovechar ingredientes que tenemos en casa para sacarle su máximo provecho. Así que pensemos ¿por qué comprar vinagre de manzana si lo podemos hacer nosotros mismos, sin gastar mucho dinero y ayudando al planeta?
Pongámonos científicos...
De acuerdo con el artículo The Nutrition Source del sitio digital de la Universidad de Harvard y el Diccionario de la Real Academia Española el vinagre es un líquido que se obtiene de la fermentación acética del alcohol. Esta fermentación ocurre gracias a las bacterias Mycoderma aceti. El vinagre puede contener una concentración del 3% al 5% de ácido acético en agua, también (en menor cantidad) ácido tartárico y ácido cítrico. O sea... todos esos elementos que hacen el olor del vinagre muy peculiar.
En otras palabras, haremos un experimento casero en el que crearemos un ambiente adecuado para que las bacterias hagan lo suyo, se alimenten y nos proporcionen vinagre gratis, el cual es uno de los ingredientes que nunca faltan en las alacenas, incluso en el área de limpieza. ¡Es super útil!
¡Manos a la obra!
Aparta las cáscaras y los corazones de la manzana. Desinfecta todo perfectamente.
Pon los restos de cáscaras en el frasco y agrega agua suficiente para cubirlas por completo.
Por cada taza de agua que hayas necesitado, agrega una cucharada de azúcar y mezcla todo perfecto.
En muy importante que todas las cáscaras queden bien cubiertas, de lo contrario lo único que obtendremos serán hongos y no precisamente de los comestibles.
Tapa tu frasco con la tela de algodón y sujétalo con tu cordón o liga. Debe quedar bien ajustado.
Déjalo reposar por dos semanas en algún lugar de tu hogar en el que no reciba nada de luz.
Puedes monitorearlo cada dos o tres días para ver que nada empiece a florar.
Después de las dos semanas retira solamente las cáscaras y corazones. Vuelve a tapar con la tela y colócalo en un lugar sin luz.
Deja reposar otras dos semanas y listo. Si destapas tu frasco y te llega un olor como a alcohol frutal: está listo.
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