En los últimos años, seguramente has escuchado de los múltiples beneficios del aceite de coco, especialmente al momento de cocinar. Sin embargo, recientemente expertos en salud han levantado la mano para hablar sobre los posibles efectos no tan buenos de este ingrediente. Hoy en día sabemos que las grasas no son malas para la salud, pero es muy importante escoger las mejores fuentes y ver ambos lados de la moneda.
¿Qué es el aceite de coco?
Lo primero que debemos saber del aceite de coco es de dónde proviene. La respuesta es tan sencilla como que es extraída de la parte interior de los cocos, de la pulpa blanca. Los cocos que son utilizados para su extracción se cosechan cuando sus cáscaras externas todavía están verdes, las cuales se desechan una vez que son abiertos. La pulpa se procesa a través de métodos de prensado en frío para después ser pasada por filtros para eliminar las impurezas del aceite y ser finalmente envasado.
Es importante señalar que el aceite de coco se encuentra en estado sólido cuando está a temperatura ambiente, y que cuando se calienta cambia a estado líquido. También es bueno saber que no es lo mismo aceite de coco que mantequilla de coco, pues el primero se extrae de la pulpa, el segundo se elabora procesando la totalidad de ésta.
El 82 por ciento de la grasa del aceite de coco es saturada, comparada con el 63 por ciento de la mantequilla y el 39 por ciento de la manteca de cerdo. Esta característica lo convierte en un ingrediente que puede subir los niveles de colesterol malo, tapar las arterias y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.
Según una encuesta de la Asociación Americana del Corazón, el 72 por ciento de los estadounidenses piensan que el aceite de coco es un ingrediente saludable, comparado con el 37 por ciento de los nutriólogos. Algunos afirman que la mezcla de grasas en el aceite de coco lo convierte en una opción saludable, pero los expertos dicen que por el momento no hay evidencias confiables para validar esa información.
La recomendación de la Asociación Americana del Corazón es clara: evita el aceite de coco. Pero como en muchos estudios científicos, falto hacer un análisis mucho más amplio. Los autores recomiendan no consumir aceite de coco exclusivamente por sus efectos en la elevación del colesterol “malo” (LDL), pero no hablan de sus efectos en el colesterol “bueno” (HDL) o en los triglicéridos. De hecho los resultados de algunos estudios, de los siete que analizaron, parecen indicar que el aceite de coco también eleva el colesterol HDL y reduce los triglicéridos. Es importante recordar que la nutrición sigue siendo un campo en constante evolución y en el que se hacen nuevos descubrimientos todo el tiempo. Por el momento las asociaciones médicas en todo el mundo recomiendan que las personas limiten su consumo de grasas saturadas y lo sustituyan por aceites vegetales no saturados, como aceite de oliva y aceite de girasol. Es importante saber qué comer para la salud del corazón, y eso no significa reducir el consumo de grasa, sino reducir tipos específicos de grasa y tener cuidado con que los sustituimos, ya que muchas veces el suplente es un azúcar o un carbohidrato refinado.
Por lo general se recomienda que los hombres no consuman más de 30 gramos de grasa saturada al día, y las mujeres no más de 20 gramos de grasa saturada al día. En este caso en específico, y al igual que con otras grasas saturadas, la recomendación debería ser limitar el consumo de aceite de coco, más no eliminarlo por completo de nuestra dieta.
5 beneficios del aceite de coco:
- Fuente de energía fácil de utilizar: el ácido láurico, la grasa saturada que predomina en el aceite de coco, es de cadena media. El cuerpo utiliza este tipo de ácidos grasos de manera diferente a los de cadena larga. El hígado procesa rápidamente los ácidos grasos de cadena media y los convierte en energía para las células. Por esta razón se sugiere que el aceite de coco puede ser benéfico para la perdida de peso, con moderación, por supuesto.
- Aumenta el colesterol bueno: el ácido láurico esta asociado al incremento del colesterol bueno (HDL).
- Propiedades antibacterianas y antioxidantes estudios sugieren que ciertos componentes del aceite de coco previenen infecciones virales, bacteriales y por hongos como la gripe, bronquitis, acné y levaduras. Adicionalmente el aceite de coco contiene compuestos fenólicos que actúan como cardioprotectores y antioxidantes.
- Sirve para cocinar: el aceite de coco es muy estable, es por ello que puede ser usado para saltear, freír u hornear alimentos. Además le da un toque delicioso y tropical a los platillos.
- Uso cosmético: el aceite de coco es un excelente removedor de maquillaje y sirve a manera de crema hidratante.
Como podemos observar, el aceite de coco tiene varios beneficios, y comparado con otras grasas saturadas, este posee mayor cantidad de ácido láurico, lo cual es un gran sustituto a las grasas animales. Sin embargo, no deja de ser aceite con gran densidad calórica, así que úsalo con moderación y no dependas totalmente del aceite de coco, recuerda que debe existir variedad en tu dieta, utiliza otros tipos de aceite como el de oliva y canola para que te aporten otro tipo de grasa como el omega 3.