Desayunar huevos es sinónimo de que el día estará bien. Prepararlos de una forma un poco distinta de lo habitual, asegura que la experiencia le dará aun más plus a la jornada.
Es por eso que hoy te compartimos una receta deliciosa y práctica de huevos en cocotte, para que los hagas con un sutil toque francés y los disfrutes con una textura única que les da la cocción en baño María que caracteriza esta preparación.
Antes que nada, debes saber que el nombre de cocotte les viene del tipo de cazuela en que se preparan. La cocotte es el nombre con que en francés se le llama al pequeño recipiente –de porcelana o metal– en que se les prepara.
Ahora sí: ¡manos a la obra!
Unta mantequilla en las cocottes pequeñas que meterás al horno. Asegúrate que no solo quede untado el fondo, sino que también lo estén las paredes.
Rompe el huevo en el interior de la cocotte.
Agrega sal y pimienta, así como nuez picada.
Precalienta el horno a 200 grados centígrados.
Adiciona la doble crema líquida sobre los demás ingredientes, tratando de que el huevo no pierda su forma original. Especialmente, procura que la yema no se rompa.
Espolvorea el queso rallado encima.
Coloca una base de cerámica (preferentemente) con una rejilla especial para lograr baños María. Sobre ella pon medio centímetro de agua a temperatura ambiente.
Pon sobre la rejilla la cocotte.
Mete los dos utensilios dentro de una olla profunda y tápala. Ponla a cocinar dentro del horno precalentado por cerca de seis minutos.
Dependiendo de la potencia de tu horno, revisa constantemente el resultado de tu receta. Pro lo menos, después del minuto cuatro.
Recuerda que debes sacar los huevos una vez que la superficie esté ligeramente dorada.
Sirve a la mesa una vez que se hayan enfriado lo suficiente como para meterles una cuchara, llevártelos a la boca y no quemarte.
Acompaña de un café negro bien cargado o de un té de sabor intenso.
| Foto de Flickr/Andreas Hartmann |