Pensar en la Ciudad de México de alguna forma es pensar en tacos de canasta. Esas delicias que escurren grasa y se desbordan de sabor, a las que no podemos renunciar por más que nuestro médico lo recomiende.
Aunque los taqueros de canasta que van por la capital con su bici y una canasta a cuestas son nuestro ideal de comida callejera pecaminosa y pensemos que nunca podríamos replicar su receta de forma honorable, te tenemos una buena noticia: sí se puede.
La receta que hoy te presentamos es muy fácil de hacer y te aproximará mucho a los de frijol y papa que le comprarías a tu taquero de cabecera.
Hierve los chiles unos cinco minutos, para que se suavicen. Luego déjalos reposar el mismo tiempo en el agua caliente.
Escurre los chiles y licúalos con el ajo, clavo, sal y un poco de agua.
En un sartén caliente pon una cucharada de aceite y fríe la salsa obtenida anteriormente. Deja que se consuma a fuego bajo otros cinco minutos.
En un sartén aparte pon dos cucharadas de aceite a calentar.
Baña las tortillas por los dos lados en la salsa con chile y luego pasa cada una de ellas por el sartén con aceite. Voltéalas y quítalas del fuego cuando las orillas tengan aspecto crujiente.
Rellena 12 tortillas con frijoles refritos y 12 con el puré de papa, dóblalas por la mitad.
Pon una vaporera a calentar con fuego alto y dos dedos de agua en el fondo. Coloca la parrilla y sobre ella cinco tortillas extendidas.
Luego mete en un paño de algodón o franela los 24 tacos y deposítalos sobre las tortillas.
Cuando escuches que ya empezó a hervir el agua, baja el fuego y cronometra 20 minutos.
Una vez pasado el tiempo, destapa la olla y déjalos sudar fuera del fuego, sólo tapados con el paño.
Sirve con salsa verde picosa.