Comer pollo es sinónimo de comer rico. No hay forma de que esa regla se rompa. Encima, es de las carnes más magras y jugosas que existen.
Ahora imagínate que comes pollo salido del horno, con una receta que implica ingredientes que pueden darle un giro totalmente distinto a lo que estabas acostumbrado a comer. Eso es justamente lo que hoy te proponemos como receta.
Un pollo horneado a la naranja con hoja santa, con una sugerencia de maridaje con vino blanco frutal. ¿Qué tal?
Te sugerimos ponerte cómodo y hacer hambre, porque este plan va para un poco largo, pero valdrá la pena.
Consigue un**** pollo de tamaño mediano. Pide que le quiten todas las vísceras, así como las plumas y la piel.
En un bowl mediano mezcla los ajos y el perejil picados, junto con sal, pimienta y las demás especias. No olvides incluir unas hojas de laurel.
Ata las patas del pollo con hilo cáñamo.
En las entrañas del pollo agrega hoja santa fresca.
Embadurna el pollo con la mezcla.
Deja marinar la carne por una hora, tapándola con un plástico film.
Acomoda el pollo en una bandeja apta para meterse al horno.
Rocía el pollo con un poco de aceite de oliva.
Agrega el jugo de naranja, así como el vino.
Mete a hornear a 180 grados centígrados, con calor arriba y abajo.
Luego de que pase media hora dentro del horno, voltea el pollo.
Con el caldo que haya resultado de la cocción, baña la carne y deja cocinándose por otra media hora.
Saca el pollo.
Reserva el caldo (puede servir del caldo de inicio para cualquier comida que ofrezcas).
Sirve en porciones razonables, pero generosas, distribuyendo las hojas santas en los platos.
Te recomendamos acompañar de un vino tinto frutal, no seco.
¡Buen provecho!
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