Hoy les voy a proponer una receta muy interesante que siempre me ha parecido deliciosa y muy sencilla de preparar. Seguramente algúna vez que fuiste a un restaurante por ahí leíste escalopes o escalopas y a primera instancia no sabías de qué se trataba, pero si eres fan de la comida empanizada esta receta definitivamente es para ti. Ya te habrán dado cuenta de que los escalopes son de los platillos más consumidos en México sin querer queriendo. Lo comemos en platillos mexicanos, en preparaciones internacionales, para la comida o la cena.
La receta que haremos es la de un escalope, pero no cualquiera, esta receta es de un escalope a la parmesana, ¡qué exquisitez! Y lo mejor de todo es que puedes acompañarlo con una guarnición ligera o algo más fuerte como una pasta o un puré de papa cremosito.
¿Por qué escalope y no milanesa?
La mayor diferencia entre estos dos platillos es que el escalope es un corte de carne sin hueso que se estira con la ayuda de un mazo. Habitualmente se emplea carne de ternera, carne de cerdo, salmón y pavo, aunque pueden usarse otras, como pollo al igual que la clásica milanesa.
El corte de la carne de una milanesa es diferente respecto a la del escalope. La milanesa tiene un corte fino y tierno, en cambio, un escalope de ternera se estira con la ayuda de un rodillo, de forma que la carne se estira para cocinarse más rápido, a pesar de ser también un corte fino.
Empezamos por salpimentar los filetes para después suavizarlos con un mazo o un clip para que se tornen más tiernos y finos.
Empanizamos los filetes primero pasándolos por harina, huevo batido y el pan molido mezclado con queso parmesano rallado.
Presiona con fuerza los filetes en la mezcla de pan y queso para que queden perfectamente cubiertos.
Fríe los escalopes en una sartén con 1-2 cm de aceite de oliva bien caliente durante 1 minuto por cada lado aproximadamente.
Escurre bien y colócalos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite y listo.