El jugo verde es una bebida que puede traernos muchos beneficios, si la conocemos y aprovechamos correctamente. Se trata de una fuente excepcional de nutrientes, que se traducen en el mejor funcionamiento de nuestro cuerpo cuando se le toma con regularidad varias veces a la semana.
Antes que todo, hay que puntualizar que no hay un solo jugo verde. Hay muchos. Depende de los ingredientes que tengas a la mano, o los que tú prefieras para preparártelo. Las variaciones pueden ir desde usar lechuga, pepino, espinacas, apio y nopal, para después combinarlo con otras frutas como manzana verde, naranja, toronja y piña, o hasta zanahoria, alfalfa y cilantro.
Cada combinación que hagas tendrá sus propiedades puntuales. No obstante, cabe señalar que lo que los hace únicos es que todos tienen altas dosis de clorofila, que es un desintoxicante natural y ayuda además a fortalecer el sistema cardíaco y mejorar el funcionamiento del aparato digestivo.
Los jugos verdes también suelen ser ricos en antioxidantes como la vitamina C y E, así como fuentes importantes de azúcares y fibra. Una porción diaria de esta bebida en la mañana también aporta vitaminas A, C y K, así como calcio, magnesio, zinc y hierro.
¿Cómo repercute esto en la salud?
Los jugos verdes son muy utilizados para desintoxicar el cuerpo y para tener mejor digestión por su suministro de fibra natural.
Ésta última también favorece el tránsito intestinal y una mejora general en el metabolismo. Por su índice muy bajo en calorías, muchos también ven en él una alternativa para ayudar a bajar de peso.
A cualquier hora que los tomes, te sentirás satisfecho por más tiempo. Ello, aunado a que ya amparan una buena parte de tu cuota diaria de vegetales, los convierten en una manera de hacer más efectivo tu consumo de comida. Otra gran ventaja de los jugos verdes es que son una importante fuente de energía y dan la sensación de estar más despierto y hasta con la mente más clara.
¿En qué hay que poner cuidado?
Sin duda, en que la combinación de vegetales y frutas que hagas cuando lo prepares no sea una bomba de azúcares. Si así lo fuera, la esencia misma del jugo se perdería.
Siempre infórmate muy bien y mezcla frutas azucaradas con cantidades importantes de otras que no lo sean tanto, o que tengan más agua, o más fibra. El objetivo es que sean bebidas equilibradas, que también ayuden a tu cuerpo a estar en balance.
Como tip último: tómalos recién hechos (ya que la luz y otras condiciones del ambiente pueden desmejorarlos), consume la pulpa de las frutas y combínalos durante el día con una dieta variada. Tomar sólo jugos en las tres comidas básicas, de forma prolongada, puede resultar contraproducente.
Fuentes: Mejor con Salud Huffington Post Telemundo
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