Los shawarma están de moda en el mundo y es muy probable que, después de probarlos, los ames. ¿Por qué no intentar entonces un pan pita en tu propia cocina? No solo puedes usarlo para hacer cocina árabe, sino también para armarte unos burritos con más consistencia, unas entradas con hummus más sabrosas o hasta una torre enorme de quesadillas con un toque especial.
Aunque no lo creas, hacer pan pita en casa es bien fácil. Solo debes tenerle un poco de paciencia a la fermentación de tu masa, así como al horneado. Pero lo demás es muy sencillo.
¡Manos a la masa!
En una cacerola pon a calentar agua. Apaga el fuego una vez que esté tibia, no caliente.
Agrega la levadura a la cacerola. Deshaz todos los grumos que vengan en el sobre. Deja reposar ahí por lo menos 5 minutos.
En un bowl amplio coloca la harina. Haz un agujero en el centro, cual si fuera el cráter de un volcán.
Pon la sal en las orillas del “volcán”.
En el agujero ve vaciando el agua con la levadura.
Amasa con las manos, siempre de afuera hacia adentro.
Una vez que se haya vuelto una masa uniforme, que prácticamente no se pegue en la superficie donde la estés preparando, agrega el aceite de oliva.
Une toda la masa nuevamente. Amasa por lo menos por 5 minutos más.
Cubre el bowl donde la tengas con un paño semiporoso.
Deja que repose al menos una hora.
Vuelve a amasar y corta en pequeños trozos que harán los panes pita.
Conviértelas en bolitas.
Una vez que las tengas listas, déjalas reposar nuevamente por 15 minutos.
Enharina la superficie donde las colocarás.
Toma cada una y dales forma y grosor con el rodillo. Tú ve midiendo de qué tamaño quieres que sean.
Mételas a hornear, sin que se toquen, a tu horno precalentado a 200 grados. Deben estar ahí adentro entre 7 y 9 minutos.
Recuerda que debes sacarlos cuando aún la superficie de cada uno de ellos siga viéndose blanca. Si esperas a que se vea café, al retirarlas las romperás.
Para darles el último de cocción y aspecto, ponlas a cocinar sobre un comal o sartén de teflón por dos minutos de cada lado.
¡Listo! ¡Ahora puedes comértelos como más se te antojen!
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