Seguramente alguna vez te has enfermado por algo que comiste. Desde hace miles de años, virus y bacterias se transmiten por los alimentos causando enfermedades en los humanos, y a pesar de los avances en la tecnología y en la medicina, este problema continua. Sin embargo, muchas veces tenemos una idea errónea de que alimentos son los más propensos a enfermarnos.
Primero es importante conocer a los culpables más conocidos. Una de ellas es la Salmonella, que causa cólicos, diarrea y fiebre, pero también puede llevar a la muerte cuando se propaga al torrente sanguíneo. La listeria, aunque no es tan común, es más peligrosa. Cuando esta bacteria se propaga más allá del intestino, en cuestión de semanas puede causar confusión, perdida de equilibrio o convulsiones.
Muchas de las cepas de la bacteria E. coli son inofensivas, pero las patógenas pueden causar problemas en el tracto digestivo como diarrea y enfermedades respiratorias por neumonía. El norovirus es la causa más común de problemas estomacales e intestinales, aunque es de las más controlables.
¿En qué alimentos se transmiten estás bacterias? Los más conocidos son los mariscos, los productos lácteos y las carnes crudas. Pero te sorprenderá saber que existen muchas otras. Debido a que siempre escuchamos advertencias sobre el consumo de carnes descompuestas o mal cocidas, la mayoría de las personas tienden a pensar que los productos de origen animal son la principal fuente de enfermedades transmitidas por alimentos. En realidad, estudios han demostrado que casi la mitad de las enfermedades son causadas por productos agrícolas como frutas, nueces, raíces y verduras de hoja verde.
Eso no significa que los productos de origen animal estén exentos de estas epidemias. Mucho de los patógenos en los productos agrícolas, como la E. coli y la Salmonella, son de origen animal, y se transmiten a las frutas y verduras, ya sea porque están en contacto con las heces de animales, o porque el agua de riego está contaminada. También hay una creciente evidencia de que estos patógenos pueden sobrevivir durante mucho tiempo en el suelo y otros ambientes.
Si realmente quieres evitar una intoxicación alimentaria ¿qué alimentos debes evitar si no sabes si están bien lavados o su origen? A continuación, encontraras los principales cuatro:
Brotes. Los brotes se cultivan en agua y las bacterias aman el agua. Además, a las bacterias como Salmonella, E. coli y listeria, también les gusta el entorno nutritivo de la semilla germinada. Si comes en casa no hay tanto problema, siempre y cuando desinfectes los brotes antes de comerlos.
Ostras crudas. Las ostras, como la mayoría de los bivalvos, tienen una alimentación de filtro. Eso significa que bombean litros de agua dentro y fuera de sus cuerpos, acumulando bacterias. Una de estas bacterias es Vibrio, que en los humanos causa náuseas, dolores de cabeza y escalofríos. La infección por V. vulnificus puede causar envenenamiento de la sangre y la muerte, afortunadamente es más rara. Es cierto que no mucha gente se enferma por comer ostras, pero cuando sucede, los casos son graves y tienen una tasa de mortalidad relativamente alta dentro de las enfermedades transmitidas por alimentos. La opción más segura es cocinarlas, pero si no te puedes resistir a comerlas crudas, es importante que sepas que el Vibrio se multiplica más fácil en aguas cálidas, así que otra opción es buscar ostras de aguas frías.
Leche bronca. Hoy en día es difícil encontrar leche bronca en las ciudades debido a que la pasteurización se volvió la norma. Aunque la leche provenga de animales saludables, criados en condiciones sanitarias óptimas, es posible que contenga gérmenes. A pesar de que la intoxicación alimentaria puede provenir de muchos alimentos, la leche bronca se considera una de las más riesgosas.
Carne de res y pollo molida. Las bacterias como la E. coli viven en los intestinos del ganado y puede contaminar la carne durante la matanza. El problema con las carnes molidas es que son mezclas de diferentes animales. Este problema puede aumentar por el uso de antibióticos, que realmente no funcionan para reducir las enfermedades transmitidas por los alimentos. Al contrario el uso excesivo puede favorecer el crecimiento de bacterias resistentes a los antibióticos.
Imágenes | Czarina Alegre | bradleypjohnson | Charlotta Wasteson | Andrew Malone |
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