La gastronomía molecular es una tendencia modernista que combina la ciencia con la cocina. Los expertos en ella, además de ser excelentes cocineros son también físicos, y su trabajo consiste en congelar los ingredientes con nitrógeno líquido o convertirlos en espuma usando gas comprimido, dando como resultado platillos que son verdaderas obras de arte.
Uno de los restaurantes pioneros en esta técnica se llama Minibar by José Andrés, y está ubicado en Washington. Gracias al esfuerzo de sus chefs y a su forma diferente de pensar, trabajar y diseñar nuevos platillos han recibido ya varios reconocimientos.
El establecimiento, como su nombre nos lo dice, es pequeño, con apenas doce asientos y dos barras ubicadas frente a una cocina abierta, de modo que los comensales pueden ver como el chef prepara los platillos, no con un menú, pues estos cambian constantemente, y las reservaciones solo son abiertas por temporada los días primero de los meses de marzo, Junio, Septiembre y Diciembre.
En la anterior imagen vemos, por ejemplo: codorniz con chocolate negro y agua de rosas, rapé en cenizas con yemas de limón, fusilli inyectado con pesto, conejo tailandés, ñoquis de papa con caldo ibérico, espárragos con chocolate blanco, tablillas de piña colada, bombas de cereza, pastelillos con chocolate y tartas de semilla de calabaza.
En esta otra, vemos una hamburguesa hecha con carne machacada cruda y pan elaborado a partir de claras de huevo con semillas de ajonjolí colocadas estrategicamente.
En esta otra fotografía vemos su postre de creación más reciente, llamado coliflor con caviar, echo a base de un mousse con sabor de coliflor y helado.
Como todo platillo modernista, este plato intriga y crea un elemento sorpresa y espontáneo. Es llamado pichón con pétalos de rosas inspirado en la novela "Como agua para chocolate", y esta elaborado con pechuga de codoniz, salsa de pichón y una gelatina de arándanos negros en forma de pétalos de rosa.
Vía | TechInsider