No hay nada que me pueda alegrar más el día que darle un mordisco a de una jugosa, dulce y bastante especiada rebanada de pastel de zanahoria. Y no hay mejor momento del año para disfrutar este delicioso postre que remarca todos los sabores del otoño: entre nuez moscada, canela, jengibre y zanahoria.
La zanahoria suele ser un platillo poco utilizado para preparar postres y, aunque la asociemos más a preparaciones frescas, ensaladas y guisos, la realidad es que la zanahoria es una hortaliza bastante dulce y resulta perfecto para preparar postres dulces sin la necesidad de utilizar azúcar.
De hecho, el pastel de zanahoria se convirtió en una receta bastante popular durante la Segunda Guerra Mundial, ya que por la inflación algunos insumos y productos de cocina, entre ellos el azúcar, fueron considerados ingredientes de lujo (por lo que se volvió un tanto caro costearlos) y así las amas de casa utilizaban las zanahorias para endulzar naturalmente sus pasteles.
De hecho, se cuenta que el postre favorito del presidente George Washington era, por mucho, la tarta de zanahoria, que consumía constantemente en una taberna del bajo Manhattan llamada 'Fraunces Tavern'. ¿Y cómo no? Si es que se trata de un postre sumamente delicioso.
Te compartimos esta receta de pastel de zanahoria, con un delicioso bizcocho sabor a nuez moscada, azúcar moreno, jengibre y canela con zanahoria, coronado con un glaseado de betún de crema aterciopelado: en verdad, el mejor pastel de zanahoria del mundo.
En esta receta en particular utilizaremos puré de manzana para que el bizcocho quede todavía más suave, húmedo y esponjoso. Pero si lo prefieres (porque no te gusta o no conseguiste este ingrediente) puedes fácilmente omitirlo.
Comenzamos precalentando el horno a 150°C. Cubrimos una bandeja con papel para hornear. Extendemos las nueces picades y las tostamos por 7-8 minutos. Las retiramos del horno y las dejamos enfriar durante 15 minutos.
Ahora, aumentamos la temperatura del horno a 180°C. Engrasamos dos o tres moldes para pasteles y cubrimos con papel para hornear. Esto nos ayudará a que los bizcochos se desprendan sin problemas del molde.
Mientras se calienta, colocamos el azúcar moreno, el aceite, los huevos, el puré de manzana y la vainilla en un tazón grande y los batimos hasta que se mezclen y no queden grumos.
En otro tazón mezclamos los ingredientes secos: la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio, la sal, la canela, el jengibre y la nuez moscada.
Agregamos los ingredientes húmedos a los secos y, con una espátula de goma o de madera, incorporamos los ingredientes hasta que estén bien combinados. Ahora agregamos las zanahorias y 1 taza de nueces tostadas (guardamos el resto para decorar) e incorporamos una vez más.
Ahora, vertimos la mezcla en los moldes para pastel. Horneamos por 30 minutos y hacemos la prueba del palillo: si sale limpio, los pasteles están limpios, si no, continuamos horneando hasta que esté bien cocido, pero cuidando que no se horneen demasiado.
Retiramos de los moldes y dejamos enfríar un buen rato. Esperamos a que estén completamente fríos para glasear con el betún.
Para el glaseado
Utilizaremos esta receta de betún de queso crema que tenemos por acá. Si prefieres, puedes servir el pastel directamente sin betún y también quedará delicioso.
Una vez que esté listo nuestro betún haremos lo siguiente: con un cuchillo dentado, quitaremos los bordes del bizcocho y nivelaremos los pasteles, creando una superficie plana en cada uno.
Ahora tomamos un bizcocho, cubrimos uniformemente la parte superior con betún de queso crema. Cubrimos con la segunda capa y ponemos más glaseado y así hasta terminar con todas las capas (dependiendo si hiciste dos o tres).
Extendemos el glaseado restante por toda la parte superior del pastel y a los lados. Decoramos con un poco de nueces tostadas y refrigeramos durante 15-20 minutos para que mantenga su forma al cortarlo.
¡Listo! Tu pastel de zanahoria está más que preparado para que lo disfrutes. Puedes guardarlo en el refrigerador hasta por cinco días. Provecho.