Los postres preparados con manzana son de las mayores delicias que podemos encontrar, y preparar mermelada de manzana en casa es muy sencillo. El sabor de la mermelada de manzana es de los más deliciosos y amigables para todo tipo de paladar y es muy compatible con todo tipo de postres: puedes utilizarla para muchas recetas dulces, para untar sobre hotcakes, waffles, crepas o como relleno de tartas y empanadas dulces. Te contamos cómo hacer mermelada casera de manzana con muy poco esfuerzo y pocos ingredientes.
En particular, las mermeladas de frutas caseras tienen muchos beneficios para la salud. Esta mermelada de manzana te ayudará a estimular tu sistema digestivo y para prevenir problemas intestinales. Además, siempre es mejor preparar tus propias conservas en casa, ya que así evitarás el exceso de azúcares añadidos y conservadores.
Eso sí, hay que cuidar el tiempo de vida de nuestras mermeladas caseras, que suele ser de un mes bien refrigeradas. Por eso procura preparar la cantidad necesaria para las recetas que vayas a requerir. O en todo caso, también puedes congelarlas (bien cerradas) para que duren un poquito más.
Empezamos lavando, pelando y troceando las manzanas. La pulpa la colocamos en una olla grande con el zumo del medio limón, mientras que las pieles y los corazones de las manzanas los ponemos a cocer con un poco de agua en otra olla pequeña.
Transcurridos unos cinco minutos, escurrimos y, con la ayuda de una cuchara o un juego de dos coladores, les sacamos el jugo. Esto ayudará a que la mermelada espese más fácilmente. Regresamos el jugo de las pieles al fuego y empezamos a incorporar el azúcar poco a poco. Subimos el fuego y sin dejar de remover, tostamos el azúcar hasta que se caramelice.
En ese momento retiramos del fuego y, sin dejar de remover, servimos el caramelo sobre las manzanas que seguían en la otra olla junto el jugo de limón. Es importante que se haga rápido, ya que de otra forma el caramelo se endurecerá.
El último paso es dejar cocer las manzanas en el caramelo hasta que obtengamos la mermelada. Le añadimos la canela, la nuez moscada y la vainilla. Durante los primeros cinco minutos mantendremos el fuego a una potencia fuerte y luego lo bajamos gradualmente.
En poco más de media hora tendremos nuestra mermelada lista. Los trozos de manzana se irán deshaciendo poco a poco y, si no, puedes facilitar el proceso removiendo enérgicamente. La ventaja de preparar esta receta es que las manzanas tienen una textura suave y prácticamente se deshace sola.
Una vez que haya adquirido la consistencia deseada, apagamos el fuego y dejamos enfríar nuestra mermelada casera. Cuando haya enfriado recuerda guardarla en un bote o tarro de cristal, previamente esterilizado y disfruta de tu mermelada casera.
Puedes tomarla en el desayuno sobre pan tostado, hotcakes o como ingrediente en las recetas de postres que se te ocurran.