El helado de vainilla es todo un clásico: es el postre ideal para tomar solo o acompañado, con una deliciosa tarta de manzana, con un chocolatoso brownie de Nutella, con café en un reconfortante afogatto, o con nuestra recomendación secreta, coronando una rebanada de un esponjoso pan de elote. Es simplemente delicioso.
Desgraciadamente, no nos dejarán mentir, gran parte de los helados de vainilla que podemos comprar en supermercados utilizan saborizantes sintéticos y colorantes que convierten la idea de degustar una bola helado de vainilla en una experiencia un tanto desafortunada. Preparar helado casero de vainilla es, al contrario, una opción bastante viable y artesanal de disfrutar el verdadero gusto cremoso que esperamos hallar en un cono cremoso con notas de vainilla.
Esta receta de helado de vainilla casero, los dejará impactados. Remontaremos a la base clásica de este helado, que consiste en preparar una crema inglesa -crema cuajada con huevo, nata y azúcar- junto con un saborizante natural de vainilla. Esta es la fórmula que utilizan en las heladerías artesanales.
En esta receta claramente les vamos a compartir la técnica hecha a la medida de los mortales que no tenemos heladera o máquina de helados en casa, pero si tú tienes una, no dejes de aprovecharla. Quedará espectacular.
Vainilla: un sabor de helado con mucha historia
La vainilla, uno de los ingredientes más sofisticados que existe, es originaria de México, y ha sido un producto muy importante en el mundo culinario desde hace cientos de años. Se integró al helado se dio en el siglo XVIII, cuando el chef francés François Procope lo incluyó en su menú de helados artesanales.
Thomas Jefferson, expresidente de EE.UU., contribuyó a popularizarlo tras probarlo en Francia, tanto así que se cree que la primera receta de helado de vainilla está en la Biblioteca del Congreso de EE.UU..
El helado de vainilla, más que un simple sabor, es una base versátil en la cocina y se conoce como "el oro blanco" en la industria de especias, siendo la segunda más cara después del azafrán. Esta especia proviene de la orquídea Vanilla planifolia, conocida en México como "ixtlilxóchitl" o "flor negra", según una publicación de The Food Tech
Para iniciar la preparación de nuestro helado de vainilla, comenzamos mezclando la leche y la crema de leche con la esencia de vainilla. Si no conseguiste la crema de leche, puedes utilizar un litro completo de tu leche preferida, no importa. Las colocamos en una cacerola que colocaremos a fuego medio. Apagamos el fuego cuando comience a hervir y dejamos reposar durante 10 minutos para que los sabores se concentren.
En otra cacerola o en recipiente amplio añadimos las 8 yemas de huevo y los 200 gramos de azúcar. Mezclamos suavemente, sin llegar a batir.
Ahora tomamos la mezcla de leche y vainilla y la agregamos al bowl poco a poco, removiendo suavente. Revolvemos hasta obtener una mezcla homogénea y luego lo llevamos a fuego bajo removiendo constantemente hasta que se espese. Ten en cuenta de que nuestra mezcla no debe de llegar a hervir o se cortará.
Retiramos la mezcla del fuego y cuando se haya espesado la colocamos en un recipiente mediano. Luego colocamos un recipiente de mayor tamaño lleno con agua fría y hielo. Colocamos nuestro recipiente con la mezcla de vainilla sobre este, para que se enfríe lo más rápido posible antes de meterla al congelador, y revolvemos enérgicamente.
Una vez que esté fría, guardamos nuestra crema en un recipiente con tapa y lo guargamos en el congelador. Dejamos reposar durante 8 horas, pero sacamos cada cierto tiempo y lo revolvemos bien con ayuda de para que no se formen cristales de hielo.
Después de que haya pasado el tiempo de reposo ¡ya está más que listo tu helado casero de vainilla! No queda más que servir y disfrutar.
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