Si nunca has preparado churros con azúcar en casa, no sabes de lo que te estás perdiendo. No hay excusas para no intentarlo: esta receta es muy rápida, sencilla y no hay necesidad de utilizar una churrera en absoluto. Todo se puede preparar con utensilios que ya tienes así que, ¿por qué no pruebas prepararlos en casa?
Breve historia del churro
El churro es uno de los postres fritos más famosos de México, pero su origen se encuentra muy lejos de nuestras tierras. Se cree que los churros nacieron en el siglo XII en China con el nombre de "Youtiao": se trata una tira de masa frita que se servía como desayuno.
En aquella época, el general Yue Fei (un héroe nacional amado por la población) fue asesinado por el ministro Qin Hui, por lo que es considerado uno de los mayores traidores en la historia China. Esta traición causó gran descontento en el pueblo chino, por lo que los panaderos decidieron crear una masa salada alargada que posteriormente sumergían en aceite caliente; siempre se servían en pares, como una representación simbólica Song "el Canalla" Quin Hui y su esposa.
Posteriormente, mercaderes portugueses llevarían este postre hasta la Península Ibérica, en donde le agregaron el azúcar y le dieron la forma de estrella tan característica con la que hoy los conocemos. Esta creación fue nombrada “churro”, debido a que su forma es muy similar a la cornamenta de la oveja churra, una raza autóctona de Castilla y León. Así fue como después, con la conquista, los Españoles trajeron a México este tradicional postre que podemos encontrar en puestitos callejeros y churrerías por montón.
Pese es un postre relativamente fácil de conseguir, nada le gana a las versiones caseras: podemos agregar los ingredientes a nuestro gusto y podemos comerlos calentitos, recién hechos, acompañado con una buena taza de chocolate caliente.
Aunque reír churros no es una tarea sumamente complicada, es mi responsabilidad recordarles que lo hagan con cuidado, porque una quemadura de aceite nunca es agradable. Como consejo, procura que la manga pastelera que utilices no tenga grumos o 'bolsas' de aire, porque esi podría provocar que el aceite salpique. O tal vez puedes intentar esta otra receta de churros en freidora de aire, si prefieres no acercarte al aceite.
En un cazo o en una olla, ponemos a hervir el agua con una pizca de sal. En cuánto comience a bullir vertemos la harina de golpe. Removemos enérgicamente hasta que la masa comience a asentarse y se despegue de los bordes de la olla.
Ponemos toda la masa dentro de una manga pastelera con una boquilla (o churrera en caso de que sí tengas una) y vamos formando los churros sobre una superficie plana.
Calentamos el aceite y, con cuidado, freímos los churros.
Una vez que los retiremos del aceite, los colocamos sobre un plato cubierto con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
En una charola o plato extendido servimos el azúcar (si te apetece, también puedes poner un poco de canela en polvo) y rebozamos los churros por encima.
¡Listo! Tus churros están más que listos para servirse en seguida. Disfrútalos mientras siguen calientes.
¿Con qué acompañar los churros caseros?
El complemento que nunca falla para acompañar unos ricos churros recién preparados es una taza de chocolate caliente. También puedes sumergirlos en algún dip de chocolate derretido o alguna mermelada de tu agrado; aunque así, solitos, siempre quedan increíble. Procura comerlos lo antes posible, porque no hay nada mejor que unos churros calientes.
Fuentes consultadas | Larousse Cocina
