Después de tantas preparaciones románticas y sobre todo dulces, se nos antoja algo que pueda equilibrar nuestro paladar en algo no tan extravagante ni tan plano de sabores. Hoy tenemos antojo de algo que nos ofrezca el sabor tradicional italiano; así que hoy recurrimos a la clásica Salsa Alfredo, nos va a dar un bocado de felicidad en cada preparación que la agreguemos.
La mejor parte del asunto es que se trata de una receta sumamente rápida de preparar puesto que es muy simple, aunque siempre confiable, está preparada a base de mantequilla y queso parmesano. Puedes ocuparla no solo para pastas, sino para cualquier preparación italiana que desees.
Breve historia del sabor Alfredo
El origen de la salsa más famosa de Italia y de muchas partes del mundo nos lleva hasta Roma, en el año de 1907, para ser exactos hasta la calle Scrofa 104 (te la damos por si tienes oportunidad de visitar un lugar gastronómico histórico). Esta calle se convirtió en el espacio de creación culinaria de Alfredo di Lelio, que con tan solo simples ingredientes como pasta de huevo, mantequilla y queso parmesano creó la receta más memorable de Italia.
Tips para preparar salsa Alfredo
Invierte en un queso parmesano: y es que es la estrella del plato, ¿cómo podríamos no darle la importancia merecida?, así que recomendamos tener además del queso rallado de botecito; un buen queso parmesano que tenga presencia de sabor.
Dale tiempo: no por las prisas quieras preparar tu cocción a fuego alto. Una cocción a fuego medio bajo permitirá que la mantequilla no se queme y le dé un sabor amargo a la salsa, además permite que todos los sabores se integren en armonía.
En un sartén amplio añadimos la mantequilla en trozos y parte del queso parmesano rallado, aquí es donde vamos a ocupar el queso parmesano bueno.
Con un cucharón te recomendamos ir agregando poco a poco el agua de cocción de la pasta si es que vas a preparar pasta, si no la crema de leche bastará: lo importante es que se tiene que ir formando una salsa de queso. No dejamos de remover hasta que se incorpore y se espese.
En cuanto la pasta haya adquirido una consistencia espesa y cremosa. Debes de ir añadiendo más queso hasta que la pasta tome la consistencia que buscas. Incluso puedes agregar, si gustas, un poco de queso crema.
Sazonamos la salsa con un poco de sal, pimienta y nuez moscada. Bajamos la intensidad del fuego y sin dejar de mover esperemos sazonar por unos minutos.
¡Listo! Ya quedó tu deliciosa salsa Alfredo.
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