Lo has probado en pizzas, aderezos y, con suerte, en caldos o infusiones. El tomillo es delicioso y muy aromático. Siempre eleva los platillos en los que se incluye, porque su sabor es bastante especial y porque va con casi todo. No obstante, además de ser un gran ingrediente culinario, tiene propiedades curativas excepcionales. Acá te contamos las principales.
El valor nutrimental de la hierba, oriunda de la zona mediterránea de Europa, habla por sí misma de sus bondades que pueden ser aprovechadas tanto en infusiones, como al aplicarse sus derivados de forma tópica.
Cada 100 gramos de tomillo contienen hasta 1890 miligramos de calcio, así como cantidades importantes de potasio, magnesio, fósforo, proteínas, carbohidratos, hierro y un porcentaje mínimo de grasas (que es de donde provienen sus aceites esenciales). También tiene mucha fibra.
¿Cuáles son sus propiedades medicinales?
Esta es una planta muy bondadosa, por lo que sus aplicaciones en beneficio de la salud son muchas. Entre las principales se encuentran las siguientes:
Es bueno para combatir el acné. Solo debes dejarlo hervir y reposar unos 10 minutos, y aplicártelo diario con un algodón o gasa sobre la zona afectada de tu piel.
Por sus propiedades antibacterianas ayuda en casos de uretritis, prostatitis, vaginitis o cistitis.
Sirve para bajar la presión arterial.
Cuando haces enjuagues de una infusión fría hecha con tomillo, puedes curar aftas, estas manchas blancas y dolorosas que llegan a salir en la boca por tener bajas las defensas, o por estrés.
Alivia la tos y los dolores de garganta, cuando se le bebe en té.
También es un gran expectorante; es decir, que auxilia en la expulsión de flemas acumuladas en el sistema respiratorio.
Previene la aparición de gases y ayuda a tener buena digestión.
Como también es desinfectante y antiséptico, resulta útil para curar heridas. Al igual que con el acné, solo debe aplicarse en forma de infusión, aplicado con una gasa.
Fuentes: Ecoagricultor | La Vanguardia | LR21