La sal es ese ingrediente que nunca puede faltar en nuestra mesa, pues es gracias a ella que el sabor de los demás ingredientes de nuestros platillos, dulces y salados, se realzan. Es, sin temor a equivocarnos, el más básico de todos los condimentos. Pero a la vez que la usamos todos los días, pocas veces nos detenemos a pensar en la cantidad adecueda, el tipo de sal que usamos y hasta cuál es la mejor manera de almacenarla.
Pero particularmente olvidamos, que México es uno de los seis principales productores de sal en el mundo, colocando a nuestra disposición 10 millones 500 mil toneladas anuales, gracias a los esfuerzos de centenas de manos mexicanas ubicadas en Baja California, Veracruz, Yucatán, Nuevo León, Tamaulipas, Colima, Sonora y Sinaloa. Por todo ello, te invito a descubrir todo lo que necesitas saber acerca de la sal.
¿Qué es la sal?
Antes de pasar a detalles como son los tipos de sal y su correcto uso, primero debemos reconocer esta sustancia a través de la química: está compuesta por dos principales elementos: el sodio y cloro, convirtiendose así en cloruro de sodio. Pero además, no debemos olvidar que nuestros cuerpos necesitan de la sal para sobrevivir, y no solo para resaltar los sabores de nuestros alimentos.
Algunos tipos de sal
Particularmente, me gustaría mencionar que químicamente no hay una diferencia notoria entre los diferentes tipos de sal, sea ésta la sal de mesa, la sal de mar la sal rosa o cualquier otro tipo de sal gourmet. En cuanto a la sal de mesa o sal refinada, la que siempre tenemos en nuestros hogares, contiene agentes que evitan que se aglutine. Dichos agentes usualmente están compuestos por yodo, siendo ese el misterio de lo que hoy conocemos como sal yodada.
Uno de los tipos de sal que ha aumentado su popularidad en los últimos años es la sal pura o sal kosher, que podemos encontrar en algunas tiendas naturistas. Este tipo de sal es reconocida por no tener aditivos y por que us hojuelas tienen formas irregulares, algo totalmente opuesto a los cristales de la sal de mesa. Al no tener aditivos, su composición se vuelve menos densa que la sal refinada. Es importante mencionar que ambas son extraídas de minas de sal.
Una de las sales que más se utiliza en México, es la sal de mar, una sal de producción orgánica a partir de la evaporación del agua de mar, en la que la participación de la mano humana es muy necesaria. Al no ser procesada industrialmente con máquinas, la sal de mar retiene la mayor parte de sus minerales, lo cual afecta tanto en su sabor como en su color.
Cuándo usar cada tipo de sal
Primero hablemos de la sal pura o kosher, cuya principal ventaja es que sus granos ligeros permiten una mejor manipulación, lo que significa que es más fácil estimar la cantidad correcta para sazonar nuestra comida. Además, hay que considerar que si la sal se va disolver en nuestro platillo, no tiene sentido usar este tipo, puesto que la sal de mesa se disuelve mucho más rápido debido a que sus granos son más pequeños.
La sal de mar por otro lado es un poco más difícil de medir, pero usualmente es utilizada para darle el toque final a nuestros platillos. Es particularmente excelente para intensificar los sabores de los postres, incluyendo los de chocolate.
Algunos consejos para su uso
Lo primero, es atrevernos a usar la sal conforme cocinamos, y no únicamente añadirla al final de la preparación como muchas recetas indican. De hecho, añadiendo pequeñas porciones de sal mientras cocinamos (cuidando de no excedernos de la cantidad recomendada), lograremos tener un platillo con mucho más sabor.
Por otro lado, almacenarla no debe representarnos ningún problema, puesto que la sal no se considera un alimento perecedero. Lo ideal, es un recipiente de vidrio con tapa hermética, sobre todo, si usamos sal pura, misma que como hemos dicho, no contiene aditivos para evitar que se aglutine.