Es un problema de la humanidad entera: cocinar berenjenas y obtener, en el 99% de nuestros intentos, un saborcillo amargo en la comida.
Afortunadamente, hay manera de evitarlo. Para esto, te compartimos unos trucos que nos han funcionado a la perfección. Puedes intentarlos en casa el día que quieras y comprobar que, en serio, todo este tiempo te has perdido de una gran verdura, por pensar que siempre sería igual de amarga.
¡Pon atención!
Usa leche
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Es una de las maneras más efectivas en que podrás lograrlo. Solo tienes que cortar en rodajas las berenjenas (o según las uses en la receta que harás), así como sumergirlas en una mezcla de leche, agua fría y sal.
Déjalas ahí por media hora y luego sácalas. Enjuágalas perfectamente y listo: ya podrás hacer uso de ellas en la cocina.
Solo sal
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Este también es infalible. Lo que debes hacer es rebanar de la manera que prefieras tus berenjenas y luego untarles toda la sal que puedas, en sus caras expuestas.
Déjalas reposar de esta manera por al menos 20 minutos, pero pueden ser hasta 30. Luego de eso retira con cuidado la sal (que notarás que cambió de color) y lávalas con agua fría. A partir de este punto también estarán listas para ser procesadas como mejor te parezca.
Utiliza harina
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En este caso, sustituye la leche de nuestra primera recomendación por harina. En un cuenco amplio pon agua fría, sal y harina. Después sumerge ahí la hortaliza, previamente cortada, y permite que la mezcla líquida haga lo suyo por al menos 30 minutos.
Lo mismo: sácalas, enjuágalas y dispón de un recetario para comenzar a cocinar.
Algo que queremos sugerirte es que uses sal de grano; entre menos procesada, mejor. Solo así obtendrás resultados mucho más satisfactorios. Otra cosa: no escatimes en el tiempo. Generalmente, entre más tiempo duren las aplicaciones de sal y de mezclas con leche y harina, mucho mejor para eliminar el amargor.
Fuentes: Canal Cocina | Un como | Recetas Lamasia
