El pescado es una gran alternativa cuando deseamos comer o cenar “ligero” y también una forma cómoda porque es posible encontrarlo en presentaciones en lata, pero ¿el pescado enlatado es menos nutritivo que el fresco?
Gracias a las tecnologías de conservación de alimentos podemos acceder al pescado congelado, seco o en refrigeración, por lo que elegir uno de estos productos del mercado ofrece un sinfín de posibilidades.
El pescado y los productos pesqueros desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel mundial. Su consumo es especialmente valioso debido a los múltiples beneficios que aporta a la salud.
La composición química del pescado varía significativamente entre especies, influenciada por factores como la alimentación, las migraciones y los cambios fisiológicos asociados a sus etapas y ciclos reproductivos.
¿El pescado enlatado es menos nutritivo que el fresco?
Sabemos que en estos tiempos comer pescado es casi un lujo, debido a sus altos precios, sin embargo, hay que hacer una balanza respecto a sus nutrientes, porque según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS):
“Contiene ácidos grasos Omega-3, los cuales son ricos en Vitaminas E, D, B6 y B12, que ayudan a controlar la presión arterial, mejoran la función cardiaca y reducen el impacto de otros factores de riesgo cardiovascular por ello es recomendable su ingesta tres veces por semana”.
Al igual que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE.UU., como la Asociación Española de Pediatría recomiendan 20 gramos en menores de 2 años; 30 gramos en niños de 2 a 3 años y, 60 gramos en niños de 4 a 7 años.
Este alimento contribuye a la prevención del cáncer, aporta energía y favorece la salud del sistema nervioso, especialmente del cerebro y ayuda al desarrollo cognitivo de un bebé en gestación, señala la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (por sus siglas en español, FDA).
Además, ayuda a la fijación del calcio en huesos y dientes. Y si te preguntas, ¿qué peces brindan estos beneficios? Debes saber que el IMSS compartió ejemplos como: la tilapia, el sargo, el pargo, el bonito, la macarela, el cazón, el atún, la sardina, la liza y las cintillas son opciones accesibles y contienen la misma cantidad de Omega-3 que el salmón o el bacalao y disfrútalos en preparaciones al horno, vapor o a la plancha.
Asimismo, otra alternativa es consumir pescado enlatado, como el atún y la sardina, solo hay que tomar en cuenta el alto contenido de sodio que presentan (aumenta el riesgo de hipertensión y de enfermedades del corazón) y, sobre todo, del contenido de grasa de los que están enlatados en aceite.
Lo mejor es que leas bien las etiquetas de los pescados enlatados que elijas y buscar aquellos con menor contenido de sodio, porque tan solo la sal de mesa contiene 40% de sodio y apenas un gramo contiene 400 mg de sodio, no obstante, lo recomendado es consumir solo 5 gramos (o 2000 mg) de sal diario para prevenir la hipertensión.

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