Si algo caracteriza a la gastronomía mexicana es el uso extensivo de los chiles. Los tenemos de muchas intensidades, los cultivamos en muchas regiones del país y hemos llegado a crear variedades nuevas. Otra costumbre interesante que tenemos en el uso de los chiles es que secamos y ahumamos algunas variedades. Estos procesos nos han permitido llegar a nuevos sabores que han integrado muchos de los platillos más famosos de la comida mexicana.
¿Sabían por ejemplo que un chile chipotle fue alguna vez un jalapeño? De todos los chiles secos disponibles en los mercados, existen cuatro en particular que son considerados como los de mayor uso en la comida. El nombre de cada uno de ellos ya lo conocen de memoria y los han escuchado en casa desde que son niños.
A continuación se los presentamos:
Chile Chipotle
Viene del náhuatl Xipoctli. Es un chile jalapeño o morita seco y ahumado y es considerado como uno de los más usados en la comida mexicana. Su sabor es único y perfectamente definido.
Chile Ancho
Es la versión seca del chile poblano. Su picor puede variar de un chile a otro, tal y cómo pasa con los chiles poblanos. Se usa mucho para la elaboración de adobo y por supuesto de mole. Una delicia.
Chile Pasilla
Es un chile chilaca puesto a secar y ahumado. El chile pasilla es de los favoritos para sopas y salsas por su color y su sabor picoso pero con ciertos toques frutales. Es el chile que encuentras en la sopa de tortilla por ejemplo.
Chile Guajillo
El guajillo es la versión seca del chile mirasol. En su versión fresca no es muy común en la zona central de México. Crece en un ambiente caluroso y húmedo por lo que se le considera un chile de zona cálida. Es considerado como uno de los chiles secos menos picantes y más dulces de los chiles secos.
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