¿Cómo no amar los embutidos y los fiambres? Son perfectos para servirlos como botana en alguna reunión, ya sea en tapas españolas, solos, o en alguna preparación como la pizza. También maridan deliciosamente con cerveza y vino, pero ¿con qué frecuencia deberíamos de consumirlos y qué tan aptos son para nuestra salud?
De fiambres y embutidos
Se le conoce como embutido a una pieza que generalmente está rellena de carne picada condimentada con hierbas aromáticas y diferentes especias. Los más conocidos son las salchichas, chorizo, morcilla, salame o longaniza entre otros, mientras que un fiambre, es un pedazo de carne asada, cocida o ahumada, que una vez fría, se corta en pequeñas lonjas o rebanadas como el jamón o la panceta.
Sí, son deliciosos y los encontramos en platillos de todo tipo, desde un emparedado básico hasta platos mucho más elaborados. ¿Y qué tan bueno es consumirlos a diario?; de acuerdo a un estudio publicado en la International Journal Epidemiology, realizado por la Universidad de Oxford, se informa que los resultados arrojaron que consumir a diario carnes rojas y procesadas, aumenta en un 20% el riesgo de padecer cáncer colorrectal.
Estadísticas a tomar en cuenta
Al estudio se sometieron medio millón de mujeres y hombres de Reino Unido de entre 40 y 69 años. Ambos grupos participaron durante el período que duró de 2006 a 2010 y los resultados arrojaron que 1105 mujeres y 1504 hombres desarrollaron cáncer de intestino.
La investigación arrojó que las personas que reportaron haber consumido un promedio de 76 gramos de carne roja y procesada (entre 3 rebanadas de jamón y 2 salchichas) tienen un 20% más de probabilidad de padecer cáncer, a diferencia de los que consumieron tan solo 21 gramos.
Para concluir, el consumo de alcohol en conjunto con el de embutidos y carne procesada, también aumenta el riesgo de padecer cáncer colorrectal.
Para recordar...
No olvides que la carne procesada es aquella que ha sido transformada y sometida a procesos de conservación o de mejora de sabor como la salazón, el curado, el ahumado o la fermentación, según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud.