El desperdicio de comida se ha vuelto un problema a nivel mundial, a tal grado que una tercera parte de toda la comida producida en el planeta se estropea o se desecha. A eso podemos sumarle que la materia orgánica en los vertederos de basura genera el 20% de emisiones de metano, un gas de efecto invernadero que contribuye de manera significativa al cambio climático.
En el desperdicio de alimentos existen varios factores a considerar, pero los principales son la abundancia, el costo y la búsqueda de la perfección en los alimentos. Para evitarlo, debemos hacer una mejor conexión con nuestros alimentos, siendo consientes del problema tanto en la compra como en la preparación de ellos. Algunos otros consejos para evitar el desperdicio de comida son los siguientes.
Compra de forma realista
Nuestro primer consejo parece muy sencillo, pero es quizá el más importante que podemos hacer. Significa que al ir de compras no compremos más comida de la que necesitamos, aunque esto signifique resurtirnos más a menudo y comprar menos comida cada vez.
De allí que sea necesario que hagamos nuestro plan de comidas para toda la semana, pues de esta forma consumiremos los alimentos, principalmente los ingredientes frescos, que compramos. Es importante además, que al hacer nuestro plan procuremos incluir platillos con ingredientes similares para así minimizar el desperdicio de comida.
Una vez que tenemos listo nuestro plan de comidas es buena idea hacer una lista que incluya todos los ingredientes que vayamos a necesitar para su preparación. Es también recomendable que antes de salir a hacer las compras, tachemos de la lista todos aquellos ingredientes que ya tenemos en casa, tanto en la despensa como en el refrigerador.
Guarda y utiliza la comida sobrante
Tanto si la comida la hemos preparado en casa y no la hemos terminado, como si se trata de un platillo que ordenamos en un restaurante, hay que asegurarnos de guardar apropiadamente la comida sobrante en el refrigerador, etiquetada con la fecha en que lo hacemos, de tal modo que podamos estar seguros de cuánto tiempo lleva en el frigorífico y poder incluirla como parte de lo que consumiremos en los próximos días.
La idea es usar esos sobrantes de comida cual recalentado de Navidad se tratara. Ya sea sirviéndolos de la misma manera en que fue preparado inicialmente, o usarlos para preparar otros platillos para la comida, la cena o incluso para el desayuno.
La misma regla aplica para aquellos ingredientes que nos han sobrado de la preparación. Así, por ejemplo, si nos han sobrado verduras podemos preparar un caldo o un gratinado, o si nos ha quedado yogur y fruta podemos fácilmente preparar un buen postre.
No te olvides de las fechas de caducidad
Hoy en día encontramos en el supermercado dos leyendas que indican una mejor fecha de consumo. La fecha de caducidad y la fecha máxima para venderse. Sin embargo, estas fechas deben usarse como una referencia o guía y prestar atención a la calidad de los alimentos, verificando su frescura por el aroma, la firmeza y también el sabor.
Esto último, debido a que las fechas señaladas son únicamente un estimado del fabricante para cuando sus productos estarán aún en su mejor punto de calidad y frescura. Además, cada fabricante las estima de forma diferente dependiendo del producto y de sus propios términos de calidad.
Ten cuidado con el almacenamiento
No hay nada más frustrante que tirar a la basura nuestras hortalizas, frutas y vegetales. Para evitarlo, debemos aprender a almacenar nuestros ingredientes adecuadamente. Por ejemplo, los jitomates y los plátanos se mantienen mejor fuera del refrigerador, mientras que los frutos del bosque, las uvas y las cerezas se conservarán mejor dentro de este.
En el caso de las verduras tenemos el mismo caso. Mientras que el brócoli, la coliflor, el maíz, los ejotes, las hortalizas y los champiñones se mantienen mejor en el refrigerador, los pepinos, las berenjenas y los pimientos pueden ser conservados a temperatura ambiente.
Imágenes | Pixabay