Es muy común que un platillo se nos pase de sal, y ya hemos hablado de cómo podemos solucionarlo. Pero también puede sucedernos que se nos pase de azúcar y quede empalagoso al punto de ser desagradable. Además, demasiado azúcar no solo es malo para el sabor de nuestros alimentos sino también para la salud.
Entonces ¿qué podemos hacer para salvar un platillo que nos ha quedado muy dulce? ¿cuando queríamos agregar solo media taza y agregamos una entera? No sólo hablamos de azúcar, sino de otros ingredientes dulces como la leche condensada. Algunas de estas soluciones pueden ser de ayuda.
Dicen por ahí que hasta al mejor cazador se le va la liebre, y eso también sucede en la cocina. En este caso lo importante es que recuerdes que no podemos eliminar el azúcar del platillo, y tampoco es que podamos agregar otro ingrediente para anular el dulzor. Lo que sí podemos hacer es buscar un equilibro.
Prevenir
Antes de hablar de las soluciones hablemos de cómo podemos prevenir que suceda. La mejor forma es probando conforme vamos cocinando. Un platillo puede quedar demasiado dulce por dos razones: o agregamos más de lo que pedía la receta o la receta original tenía demasiado, ya sea por un error tipográfico o por preferencia personal.
De allí que sea tan importante probar la comida mientras la cocinamos. Cuando se trata de salsas, sopas o caldos es mejor comenzar añadiendo solo la mitad de lo que pide, probar y si necesita más, agregar el resto poco a poco, probando después de cada adición.
Busca un equilibrio
Si no hemos hecho el paso anterior y ya tenemos el problema de exceso de dulzor encima, es momento de buscar un equilibrio añadiendo ingredientes que sean ya sea ácidos, amargos o picantes. Desde luego, evitaremos añadir otros ingredientes dulces. También es importante tener cuidado con ingredientes salados, puesto que estos en realidad resaltan el endulzante en la comida.
- Ingredientes ácidos: ingredientes como los cítricos y los vinagres son los que añaden un poco de acidez a la comida, pero para equilibrar un sabor dulce debemos alejarnos de aquellos que aportan dulzura como lo es la naranja o el vinagre balsámico. Las mejores opciones son el jugo de limón, el vinagre blanco, el vinagre de vino tinto o el vinagre de manzana.
- Ingredientes amargos Aunque hay muchos ingredientes de sabor amargo, es difícil buscar el equilibro de dulzura sin agregar una gran cantidad de éstos, como por ejemplo: col rizada, arúgula o achicoria (diente de León o amargón). Sin embargo, el cacao en polvo sin endulzar puede sernos muy útil.
- Ingredientes picantes: Ya sea una salsa picante, chiles frescos o chiles molidos, agregar un poco de estos puede ayudarnos a equilibrar los sabores, siempre que no nos excedamos, pues de lo contrario podremos causarnos otro problema.
- Lácteos: En platillos donde el queso sea bienvenido, la textura y sabor de algunos quesos puede ayudar a enmascarar el uso de demasiada azúcar. Por ejemplo, un espagueti cuya salsa a quedado muy dulce puede beneficiarse de la adición de un queso italiano como el Pecorino Romano. En el caso de un guisado, un poco de crema o yogur también puede servirnos. De hecho, en el caso de los postres que han quedado muy empalagosos se pueden equilibrar con una porción de crema batida sin endulzar.
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Por último, si se trata de salsas, sopas o caldos siempre podemos diluirlos. Preferentemente, doblando la receta a excepción del ingrediente dulce; haciéndolo puede que debamos ajustar otras especias, pero haciéndolo reducimos a la mitad la cantidad de azúcar que hemos añadido.