La comida asiática es de sabores muy precisos. Uno piensa en un arroz thai, un ramen o un pato laqueado y de inmediato vienen a la mente recuerdos de jengibre, miso o ajonjolí salteado.
En gran medida, el secreto para que los sabores más importantes de los ingredientes se acentúen está en el aceite que se utiliza para cocinar. Afortunadamente en Oriente saben eso hace mucho tiempo y tienen una selección especial de ellos, que hace que lo que prepares sepa a receta tradicional.
A continuación te contamos acerca de algunos de estos aceites básicos que puedes usar para cocinar como en Asia.
Aceite de ajonjolí
El sabor y el aroma que deja en la comida este aceite es único. Se percibe como un tostado intenso, que siempre beneficia a la receta. No obstante, el hecho de que sea tan fuerte lo vuelve un ingrediente al que debemos cuidar siempre. Como lo puedes usar en caliente o en frío (para aliñar ensaladas y demás), lo más recomendable es que moderes la cantidad que uses.
Es importante que sepas que, cuando a este ingrediente se le lleva a altas temperaturas, puede perder sabor. Por lo mismo, intenta usarlo con las hornillas de la estufa a medias o adicionarlo al final de la cocción, incluso solo en el emplatado.
Aceite de oliva
Aunque su uso más frecuente se hace en la comida mediterránea, cada vez hay más cocineros asiáticos que lo usan. El aceite de oliva, especialmente cuando se le compra de excelente calidad, es muy saludable y resiste muy bien las temperaturas que requiere la comida asiática.
Sin embargo, toma en cuenta esto: el aceite de oliva tiene también un sabor muy reconocible y, si lo usas en exceso, puedes distorsionar el sabor final de tu preparación. Recuerda: lo importante es que sepa lo más cercano posible a la comida tradicional de Oriente.
Aceite de cacahuate
Una de sus mayores ventajas es que aguanta muy bien las temperaturas altas, por lo que puedes utilizarlo para freír en el wok. Si quieres hacer unos rollitos primavera, por ejemplo, y no tienes una freidora, es gran opción vaciar una botellita de aceite de cacahuate en un sartén hondo y freír ahí los rollitos. Por más que los dejes ahí, o que incluso cocines otras cosas en dicho aceite, no se va a quemar.
Aceite de pepita de uva
Al igual que el aceite de cacahuate, éste puede llevarse a temperaturas muy altas, sin sufrir demasiados cambios. Se trata de una variedad un poco difícil de conseguir, a menos que vayas a un supermercado especializado en insumos de este tipo, pero si logras verlo en alguna parte, puedes tener por seguro que conseguirás platillos deliciosos y con un sabor muy especial.
Además, el aceite de pepita de uva es muy bajo en grasas saturadas, por lo que ayuda a tu cuerpo a producir las grasas esenciales que necesita para funcionar correctamente.
Aceite de chile
En Asia la gente suele añadir mucho picante a ciertas recetas, por lo que este aceite es infaltable en sus alacenas. En México tenemos esa enorme coincidencia con ellos: nos encanta comer picoso.
Si encuentras una receta asiática que vaya perfecto con este aceite (que además tú también puedes hacer en casa, poniendo a macerar por un buen tiempo laminillas de chile seco en el aceite que más te guste), no dudes en hacerla. Seguro eres muy bueno calculando cuánto ponerle, para que todos disfruten.
Fuentes: El País | The Konjac