Si pensaste que haberte comido esa orden de tacos había sido un exceso, es porque aún no conoces el Mukbang, la extraña y cuestionada moda de Corea del Sur que consiste en engullir cantidades industriales de comida frente a una cámara.
Esta práctica es un fenómeno descomunal en Oriente, que ya llegó a Estados Unidos y Reino Unido. Todo ocurre en Youtube y las personas que llevan a cabo el reto —generalmente jóvenes veinteañeros— son llamados 'broadcasting jockeys' o 'BJ'. Muchos de ellos se han vuelto influencers con millones de seguidores, que pueden ganar hasta 10 mil dólares (unos 200 mil pesos mexicanos) a la semana.
El más famoso de ellos se llama Takeru Kobayashi, pero su nombre de usuario en la plataforma de videos es Banzzz. El hombre de 29 años mide 1.73 metros y pesa 58 kilos. No obstante, ha dejado boquiabierto a más de uno luego de comerse de un hilo seis o siete paquetes de noodles, un kilo de gyozas y mucha agua.
Banzzz tiene 3 millones 205 mil suscriptores, a los que deleita cada noche con menús hipercalóricos que desquita haciendo ejercicio 12 horas al día. A sus fans les encanta y hasta le mandan sugerencias de lo que quieran que coma. Es todo un show.
El origen del Mukbang
De acuerdo con un artículo publicado en la BBC, el Mukbang es la contracción de dos palabras coreanas que significan “comida” y “retransmisión”, y su objetivo es acompañar a la gente que cena sola en casa. La tendencia comenzó en 2010, enun programa que se llamaba AfreecaTV.
En Corea de Sur comer solo en público está muy mal visto y por eso los comensales sin compañía prefieren hacerlo dentro de sus cuartos, frente a una pantalla con Youtube encendido. Según el sitio del medio londinense, en 2017 había unos 5.6 millones de hogares unipersonales en Corea del Sur.
La contraparte
Los defensores del Mukbang aseguran que es un contenido audiovisual que podría tener la ventaja de inducirle hambre a personas reacias a comer, por algún tipo de trastorno alimentario. Sin embargo, hay también un amplio espectro de gente que opina que comer de esa forma puede, más bien, inducir a prácticas como la bulimia.
Irónicamente, Corea del Sur es un país con políticas contra el desperdicio de alimentos muy exitosas. Según consigna The Borgen Proyect, una organización que tiene una campaña mundial y permanente contra la pobreza, se trata de uno de los países más seguros del mundo en lo que se refiere a asegurar alimentos para su población y ha implementado medidas para reducir la tira indiscriminada de comida en aproximadamente 300 toneladas por día. Los distritos de prueba en Seúl han logrado reducir el desperdicio de alimentos en un 30% en los hogares y en un 40% en los restaurantes.
Existe un sector de la población con deficiencias alimentarias: en él se inscriben lo mismo ancianos, que trabajadores migratorios y refugiados. No obstante, una revista especializada en salud llamada Korea Biomedical Review asegura que hay una inmensa mayoría de población con enorme disponibilidad de alimentos, que en consecuencia está volviéndose obesa.
En un artículo, la revista da cuenta de cómo el estilo de vida y los cambios en la dieta marcados por la proliferación de comida rápida, junto con los estilos de vida sedentarios de los surcoreanos están provocando una epidemia de obesidad. Se espera que los costos socioeconómicos de esto —en una nación considerada como uno de los países más flacos del mundo— crezcan exponencialmente, duplicándose en los próximos 10 años. Las enfermedades acompañantes, como la diabetes, el colesterol alto y la presión arterial alta están aumentando a la par.
Por lo mismo, el Ministerio de Salud y Bienestar de Corea se ha manifestado abiertamente en contra de contenidos digitales como los del Mukbang. Giró una declaratoria y serie de recomendaciones para regular este tipo de programas, mediante monitoreos de anuncios y medios que alienten a comer en exceso en televisión e Internet, pero no encontraron la forma de que ello tuviera repercusiones legales, reales.
La gente sigue reproduciendo por millones los videos de estos atracones supertaquilleros en todo el mundo. El futuro del Mukbang es incierto y sigue poniéndonos a pensar sobre el desperdicio de alimentos, los trastornos de alimentación y hasta su impacto ambiental.