La diseñadora australiana Jenn Sandercock crea juegos de mesa donde comer es parte esencial dentro de la mecánica del juego. Actualmente cuenta con 12 juegos de mesa comestibles. Jeen estudió ingeniería mecánica, ciencias computacionales y matemáticas aplicadas, y después de trabajar por varios años en el ejército australiano en inteligencia artificial y aviación experimental, decidió dedicarse a diseñar juegos.
Primero trabajo en la industria de videojuegos produciendo juegos como L.A. Norie y algunos proyectos propios en su tiempo libre. Hace cinco años, hizo su primer juego de mesa comestible, pero fue hace dos años cuando decidió explorar por tiempo completo el concepto de juegos de mesa comestibles. Y no sólo es jugar, si no también tienes que hornear el tablero y las piezas… aunque claro que siempre puedes comprar comida ya preparada.
Su nuevo proyecto es The Edible Games Cookbook (El recetario de los juegos comestibles), que por el momento se puede fondear en Kickstarter. Se trata de un recetario con instrucciones y fotografías para hornear y cocinar los componentes de 12 juegos de mesa comestibles. Una vez que se tienen todas las piezas, aparecen las instrucciones para jugar cada uno de los diferentes juegos.
Entre sus juegos podemos encontrar The Order of the Oven Mitt (La orden del guante de cocina), un tipo de ajedrez que tiene piezas de galletas, cada una con diferentes toppings, en un tablero de galleta de jengibre. Los jugadores tienen fichas en forma de escuderos de fondant y el objetivo del juego es superar pruebas para convertirlos en caballeros. Existen dos modalidades de juego: cooperativo o competitivo. En el modo cooperativo los escuderos colaboran para que todos obtengan sus galletas preferidas, y en el modo competitivo impiden que sus oponentes obtengan su galleta preferida. Para obtener la galleta, debes de realizar una misión, como hacer una pirueta o relinchar como caballo. La única forma de perder es llenarse demasiado y no poder seguir comiendo galletas.
Pero no todo es comer comida chatarra. Otro juego se llama Veggie Land (La tierra de las verduras), y es un tipo de serpientes y escaleras para niño. Se tira el dado y, para ganar, debes de comerte las verduras que se encuentran en cada cuadro, si no debes de esperar hasta encontrar algo que te guste. Los adultos pueden modificar el juego utilizando quesos gourmet en lugar de verduras.
En The Patisserie Code (El Código de pastelería) un panadero que forma parte de la resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial, ha dejado a los jugadores un mensaje codificado. La clave para descifrar el código está en la variedad de los empaques, decoraciones y sabores de los profiteroles. ¿Cómo sabes quién es el ganador? Poco a poco empiezas a descifrar los códigos, y el que coma los profiteroles correctos, termina con la lengua azul.
Otro juego que llama la atención es Master Taster (Catador Maestro), los participantes son los catadores de María Antonieta y Julio César porque son personajes que se sabe eran un poco melindrosos. En cada ronda los participantes deben de recordar un sabor que no les gustaba a los personajes famosos, probar la comida y decidir si podrían comerlos o no. Los que no acierten se eliminan en cada ronda, dejando a un solo maestro catador. Es una parte de memoria y otra parte de desafiar al paladar.
Como puedes ver, la mayoría de sus juegos son bastante sencillos, no es necesario pasar tres horas aprendiendo como funcionan. El llamativo de los juegos comestibles es que son destruibles, por lo general en cualquier otro juego de mesa, no quieres maltratar las piezas. En este tipo de juegos el sabor, las texturas y el comer acompañado de amigos son piezas fundamentales del juego.
Imágenes | Edible Games
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