Bañar la comida en oro o en glitter: una tendencia que hace a un lado el placer gustativo

Bañar la comida en oro o en glitter: una tendencia que hace a un lado el placer gustativo
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Dicen por ahí que hoy en día no hay foodie sin una cuenta en Instagram, la red social orientada a compartir nuestros momentos a través de la fotografía que ha crecido exponencialmente en los últimos años, llegando a ser la segunda más importante después de Facebook. Allí es donde hemos visto desde hace algún tiempo la tendencia de la comida bañada en oro o en glitter comestible.

Lo hemos visto todo, desde unas alitas de pollo fritas en masa con champagne y cubiertas con oro de 24 kilates; lattés, malteadas, bagels, donas y helados con glitter; y hasta la gelatina con brillitos que ya podemos encontrar en los supermercados mexicanos.

 

Pero detrás de todos esos "novedosos" alimentos no podemos dejar de notar que el consumo de ellos ha pasado a ser secundario, pues tanto el oro como el glitter no aportan sabor y agregan una textura un tanto desagradable. Únicamente sirven para darles una presentación que permita sacar buenas fotos para Instagram, para subirse a la tendencia y para el marketing de los comercios y marcas que los elaboran.

 

Una de las escritoras más convincentes sobre nutrición y obesidad, Amanda Mull, bien señalaba el año pasado que la comida en Instagram no tiene nada que ver con el consumo o con un esfuerzo gastronómico. En cambio, consumir alimentos que son trendy en Instagram significa el poder de adquirirla y compartir la prueba de su adquisición. Esos influencers han convertido el acto de comer un una búsqueda estética, donde el mensaje es claro: "come con tus ojos, no con tu boca".

 

Es cierto que el glitter comestible es seguro de comer, aunque los médicos recomiendan mantenerse al mínimo. También es cierto que el oro ha sido consumido por los humanos en varias culturas como en la India, donde pequeñas cantidades de hoja de oro adornan algunos de sus postres. Sin embargo, no hay que olvidarnos que el acto de comer debe desembocar en el sustento y el placer gustativo.

Imagen | @dagwoodspizza

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