Toma en cuenta que el nombre de esta salsa no es fortuito. Se llama así porque es muy picosa, apta solo para la gente de aguante con el chile. Nada como unos tacos de suadero con cebolla y cilantro, o de setas salpimentadas, con unas gotitas de esta belleza incendiaria que puede durarte meses en el refrigerador.
Muchos amamos las salsas machas, pero no sabemos cómo hacerlas. No se diga más y pongámonos manos a la obra. Además, la receta que te compartimos hoy es especial porque viene directo de Orizaba, Veracruz. Normalmente no es tan común que este tipo de salsa se haga con chile serrano, pero en dicha región del país sí. Una vez que la pruebes descubrirás lo rica que es.
Esta sencilla receta la podrás hacer con los utensilios básicos de cualquier cocina, tan solo vas a necesitar utilizar un un sartén y una licuadora aunque si quieres hacerla de forma tradicional un buen molcajete de piedra es el utensilio básico de cocina para las salsas.
- Sartenes antiadherente T-Fal juego de dos 585 pesos
- Licuadora Hamilton Beach 829 pesos
- Molcajete de granito 799 pesos
¡Empecemos!
En un sartén pon todo el aceite y calienta a fuego bajo.
Fríe ahí los chiles hasta que estén bien dorados, no quemados.
Retira del fuego y quítales una parte del aceite. Por si ocupas, hacerte unos huevos o un salteado de carne con ese aceite es una gran idea. Le dará mucho sabor a tu comida.
Deja enfriar los chiles con el aceite.
Luego licúa los chiles con la sal hasta que queden molidos, pero con lajas. Luego transfiérelos a un frasco de vidrio con tapa hermética. Recuerda revolver el contenido siempre antes de servirlo.
Ahora bien, si usas un molcajete, muele primero los chiles con la sal y ve agregando gradualmente un chorrito de aceite. Una vez que la salsa tenga el término que quieras, ponlo también en un frasco y agítala bien antes de guardarla.
Listo: tu salsa macha está listísima para que la disfrutes en cualquier guiso. Pero eso sí: llévatela leve porque es de buen nivel de picor.
