Llegó la temporada de pan de muerto y nosotros no podríamos estar más feliz por iniciar el conteo de cuántos panecitos nos vamos a comer, pero llegamos a Texcoco a pedir uno y nos dieron las famosas y tradicionales encaladillas que están deliciosas y no podemos dejar de contarte todo lo que conocimos.
Como chilangos de corazón nosotros conocemos al pan de muerto como la mitad de una concha cubierta con huesitos o bolitas de pan. Puede estar cubierto de azúcar, ajonjoli, chochitos de colores y hasta hoja de maíz tatemada. Por eso cuando nos llegó una encaladilla a la mesa nos quedamos con el ojo cuadrado.
¿Qué son las encaladillas?
Las encaladillas son el pan de muerto tradicional y delicioso de Texcoco, Estado de México y de Colima. En cada uno de los estados tiene un aspecto diferente, pero ambas saben deliciosas y te vamos a contar cómo se ven para que cuando visites estos estados de a República Mexicana los pruebes sí o sí.
El pan de muerto en Colima son las encaladillas; unas galletas de maíz que tienen origen en el Rancho de Villa (municipio de Colima). Cuentan la leyenda que esta receta fue creada hace más de 120 años, inspiradas en unas galletas michoacanas llamadas "boricuas" y esto iniciaría una tradición gastronómica.
Tipos de encaladillas
Las encaladillas de Texcoco, Estado de México se caracterizan por ser crujientes, se parece más a una galleta que a un pan. Se realiza a partir de la nata de leche y por eso está “glaseada” por encima y se decora con azúcar roja o rosada en forma de lunares grandes.
En el resto del país se elaboran muchos otros tipos de pan de muerto que por su variedad sería difícil enumerar cada una de las variantes, pero las más populares son los "Golletes", "Regañadas", "Cornudas", "La rodilla de Cristo", "El Pan de hule", "Pan de ofrenda", "Almas de Azúcar", "Cuelgas", "Pan de yema" y "Ánimas".
Orígenes del pan de muerto
De acuerdo con Erika María Méndez Martínez, maestra en antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, el origen del pan de muerto tiene dos posibles versiones. La primera se originó en la época prehispánica, en donde ya se preparaba un pan de amaranto y maíz seco y tostado llamado ‘’mariposa’’ o ‘’papalotlaxcalli’’ que se presentaba a los dioses como una ofrenda.
La segunda versión menciona que en los recetarios de mediados del siglo XX aparece por primera vez este alimento. La manera de elaborar el pan de muerto apareció por primera vez en 1938, en el recetario Repostería Selecta, de Josefina Velázquez de León, pionera de la gastronomía nacional que se encargó de recopilar recetas típicas de diversas comunidades del país.
Las formas de cada versión tienen su origen en las costumbres y creencias de las diferentes regiones de donde provienen mayormente, del gusto y simbolismo que cada persona desea dar a su pan, y de la creatividad popular.
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