Para este día de la Candelaria, además de tamales, te vamos a dejar una receta deliciosa y muy clásica de la cocina popular de México. Es muy económica y práctica de hacer que seguro ya tienes todos los ingredientes en la alacena y el refrigerador, estos chiles rellenos de queso te van a sacar del apuro para cuando no sepas qué preparar y lo mejor de todo es que le vamos a dar un twist a la receta.
Como mexicanos nos conocemos casi al derecho y al revés qué platillos son los adecuados para cada celebración o fecha importante, y los chiles rellenos sabemos que son la estrella del mes de septiembre. Pero en esta ocasión vamos a darle un toque distinto a la clásica receta de chiles rellenos, nosotros los prepararemos con chiles secos.
Las recetas con chiles secos no deben de quedar olvidadas en nuestras cocinas, son una muy buena opción económica para cuando no tenemos disponibles los ingredientes de los típicos chiles en nogada, y podemos ver que no solo se emplean para salsas, así que empecemos a preparar todos nuestros ingredientes y manos a la obra.
Vamos a empezar por abrir nuestros chiles por un costado, retirar las venas y las semillas sin retirar el tallo o colita superior del chile.
Una vez que estén todos los chiles listos vamos a ponerlos a hervir por cinco minutos en agua con azúcar para que se suavicen y podamos manipularlos sin problema.
Mientras los chiles se remojan, vamos a llevar nuestros frijoles refritos a un sartén con aceite caliente para sofreírlos por unos 3 minutos.
Corta el queso panela en tiras de uno a dos centímetros de grueso.
Coloca la harina en una charola para que podamos empanizar los chiles.
Una vez que retires los chiles del agua caliente, con cuidado vamos a tomar una o dos cucharadas de frijoles refritos y las untaremos en las paredes del chile, pero no debe desbordarse. Después vamos a agregar tres tiras de queso panela o las que permitan un buen relleno y que nos deje cerrar el chile.
Puedes ayudarte con unos palillos si se te complica, pero es muy sencillo con la misma telita del chile.
Pásalo por la charola con harina y reserva en otro plato mientras terminas con todos los chiles.
Una vez que estén listos, con ayuda de una batidora, vas a montar las claras de 3 huevos. Cuando la clara esté a punto de turrón vas a sumergir los chiles para que queden bien capeados, después agrégalos a un sartén con aceite bien caliente y fríe por un par de minutos cuidando que todo el capeado se fría.
Si se termina la clara montada, usa las yemas, solo va a tener un color amarillo, pero sirven para nuestro propósito y no desperdiciamos.
Retira del aceite y reserva en servilletas absorbentes.
Puedes acompañar con un arroz o un caldillo, los chiles solitos también son perfectos.
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