Muchas personas prefieren los muslos y las piernas porque son más jugosos que otras partes de las aves, haciendo referencia sobre todo a la pechuga del pavo, y aunque yo prefiero este corte en las navidades, siempre tengo que aplicar ciertos trucos para hacer que no quede seca la pechuga de pavo. ¡Te los vamos a compartir!
Esta es la mejor forma de utilizar este ingrediente para hacer super jugosa la pechuga de pavo. Ademas, siempre puedes prevenir que se seque con un tratamiento adecuado.
Por qué la pechuga de pavo suele ser seca
Para la mayoría de los paladares, la pechuga de pavo puede ser un poco seca porque tiene menos grasa en comparación con la pechuga de pollo. En una porción similar, la pechuga de pavo tiene un 1% de grasa, mientras que el pollo tiene casi un 7%. Sin embargo, la carne de pavo es muy jugosa porque está compuesta en un 80% de líquidos.
Bueno, si tiene tanto contenido de agua, ¿por qué se seca? La principal razón por la que la pechuga de pavo o toda la pieza pueda quedar seca es el tiempo de cocción excesivo. Cocinar el pavo por demasiado tiempo o a una temperatura demasiado alta puede hacer que la carne se seque por el agua que se evapora de ella.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos recomienda que el pavo alcance una temperatura interna mínima de 73.9°C para garantizar su seguridad y jugosidad.
Cómo hacer que no quede seca la pechuga de pavo
Escoge carne de Pava hembra que de macho, es mucho más jugosa, de acuerdo con las cocineras tradicionales y experimentadas en la carne de guajolote.
El consejo de oro es utilizar el mismo caldo de pavo (o de alguna ave) para que la carne quede jugosa y tenga buen sabor. Lo ideal es ir cubriéndo la pechuga de pavo con los jugos que emanen de la misma carne (y de la marinada o receta que tengas), esto a medida que se va cocinando dentro del horno. Procura hacerlo cada 30 minutos; la verdad es que no necesitas ningún ingrediente extra para lograr que no se seque.
No olvides marinar con tiempo la carne de pavo, al menos por aproximadamente una noche.
Cuidadosamente desprende la piel de la carne de la pechuga y coloca un poco de aceite de oliva con especias y vino (lo que sea con lo que lo vayas a sazonar) o unos trozos de mantequilla. El propósito será humectar la carne.
Si no hay remedio porque ya cocinaste de más la carne. Rehidrata sumergiendo los pedazos con un poco de caldo de pollo o pavo, incluso algún caldo vegetal o gravy. Después añade una salsa o crema abundante para contrarrestar la resequedad de la carne y la humedad del líquido.
En Directo al Paladar México también puedes leer Diferencias entre pavo ahumado y pavo natural ¿cuál queda más jugoso?
Ver 0 comentarios