La chapata es un aperitivo famosísimo que encontramos en la mayoría de las cafeterías locales y comerciales que se nos crucen en el camino, la verdad son muy ricas, pero suelen ser un poco caras y lo único que las hace distintiva a todo lo demás es el pan, así que hoy te enseñamos cómo hacer pan chapata casero.
Esta receta de pan chapata casero lleva solo 5 ingredientes, es fácil y sin amasado. ¡Más sencillo no puede quedar! Y de lo deliciosa que sabe ni te decimos, puedes experimentar agregando queso en la superficie, ajonjolí y otro tipo de semillas para el pan chapata, pero eso queda a tu elección.
Qué es el pan chapata
La chapata, chabata o como se traduce al italiano "ciabatta", es un pan italiano clásico con un alto contenido líquido, al menos el 70% del peso total de la harina. Usualmente, se le puede añadir aceite de oliva, lo que lo hace distinto a otros panes por su contenido de miga bastante aireada y la corteza generalmente crujiente. Este es uno de los panes más duros y crujientes debido a su corteza.
Trucos para hacer pan chapata casero
Es importante agregar una buena cantidad de agua, eso es lo que hace tan diferente este pan a comparación de otros.
Procura que el agua que utilices esté refrigerada o congelada un buen rato antes de usarla, entre más frío mejor.
Como la masa del pan de chapata es casi imposible amasarla, utilizamos un sistema de plegado que resulta mucho sencillo que el amasado común.
Recuerda fermentar la masa en frío, dentro del refrigerador, durante 24 horas.
Las manos deben de estar mojadas cada vez que manipulemos la masa. De lo contrario se nos quedará pegada.
Asegúrate de tener un recipiente con tapa para almacenar la masa en el congelador y no se adhieran olores raros.
Cómo hacer que el pan chapata dure más tiempo
Una vez que tengas tu pan de chapata horneado, puede ser perfecto para rebanar y acompañar todo tipo de complementos dulces o salados como mantequilla, mermelada, tomate y un chorrito de aceite de oliva virgen. El pan chapata sí solo dura un par de días en buen estado, envuelto en un trapo de algodón en un área seca. Después de este tiempo, se puede rebanar y congelar para consumir cuando se necesite o apetezca.
De acuerdo con la aplicación FoodKeeper, entre menos tiempo esté en refrigeración, los ingredientes conservarán su frescura, textura y sabor. Para ser sinceros este tipo de panes no se recomiendan refrigerar o congelar por diversas razones, la principal es por la retrogradación del almidón.
La llamada retrogradación del almidón, un proceso que se acelera a temperaturas inferiores a 8 grados centígrados. La retrogradación es un cambio en la manera en que las moléculas se ordenan en el espacio, y que consiste -en palabras sencillas- en la formación de cristales que expulsan hacia fuera las moléculas de agua, como una capa de rocío en el pasto, pero versión refrigeración.
Mezcla la harina y la sal hasta que se integre por completo. En otro recipiente mezcla el agua y la levadura. Remueve hasta que se diluya bien hasta homogeneizar.
Crea un hueco en centro de la mezcla de harina y sal y vierte la mezcla anterior en su interior. Remueve e integra la harina poco a poco. La masa deberá verse pegajosa e hidratada.
Tapa la masa y lleva a refrigerar por 24 horas para fermentar y triplicar su tamaño. Pasadas las 24 horas pasa la masa a un recipiente bien engrasado con aceite y empieza a doblar o plegar la masa con las manos húmedas, es muy importante que estén húmedas o mojadas para que no se pegue la masa a las manos.
Debes de doblar la masa varias veces a la mitad, esto es lo que meterá el aire. Procura girar la bandeja después de cada pliegue y hacerlo mínimo 4 veces.
Cubre la masa con un trapo limpio y seco, deja reposar 45 minutos y vuele plegar 4 veces. Vuelve a tapar y deja reposar otros 45 minutos.
Forma las chapatas en cuadrados o rectángulos. La superficie donde lo hagas debe de estar enharinada abundantemente, espolvorea más harina sobre la masa y colócala sobre una charola con papel encerado.
Coloca un recipiente con agua en la base del horno caliente (a 250 °C) 15 minutos. Transcurrido este tiempo retira el recipiente con el agua y baja la temperatura del horno a 200º C. Hornea las chapatas por 30 minutos más hasta cocer. Deja enfriar un poco dentro del horno y después retira.
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