No hay bebida mexicana calentita más representativa del país que los atoles; esas bebidas ligeramente espesas que guardan el calor por más tiempo gracias a esa característica. Los encuentras de varios sabores e ingredientes espesantes, pero hoy te enseñaremos un clásico de clásicos; cómo hacer un atole de maíz.
Con esta receta vas a poder acompañar tus tamales del Día de la Candelaria porque el atole de maíz no es ni muy dulce ni muy salado, tiene un equilibrio para tus tamales de rajas, de mole o rellenos de fresas.
El atole blanco, de maíz o de masa, se prepara con agua y masa de maíz, se coloca sobre el fuego dentro de una olla de barro o metal y se remueven constantemente los ingredientes hasta que la mezcla se cuece y espesa. ¿Te suena familiar? Pues es que es la base de casi todos los atoles, solo se le agrega una fruta o ingrediente específico para darle el nombre de 'atole de guayaba, chocolate, fresa, etc.'
Coloca la masa en la licuadora y muélela con un tercio del agua hasta que quede bien disuelta.
Agrega el resto del agua a la olla y hierve junto con la canela, posteriormente añade la masa disuelta de la licuadora.
Mueve constantemente la mezcla a fuego bajo hasta que hierva. Cuida que no se pegue al fondo de la olla, ya que se puede quemar y amargar.
Una vez que haya hervido, agrega el azúcar o piloncillo, y mueve hasta que se disuelva.
Al primer hervor apaga y sirve.
Algunas personas gustan de incorporar elotes desgranados, lo único que debes hacer es cocinar previamente los granos, para molerlos, colarlos y la mezcla final de los granos se agrega a la masa de maíz.
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