La cocina de mamá es simplemente inigualable: es ese caldito de pollo que sabe cómo arrancarte el frío desde las entrañas, y es también ese guisado que era tu favorito para los días especiales, ese que tu mamá preparaba para celebrar algún logro o para consentirte en un día cualquiera. Si sientes que extrañas se caldito caliente y reconfortante que se siente como el abrazo de mamá, esta receta de caldo de pollo con verduras es para ti.
Las mamás y abuelas mexicanas saben bien que las sopas y caldos son los mejores platillos que se pueden preparar, porque son tan reconfortantes como nutritivos. Se trata de una buena forma de quitarte el frío, arrancarte algún resfriado o darte un abrazo reconfortante de mamá o abuela servido en un cuenco calentito, para mejorar un mal día en la escuela o el trabajo.
Además es una gran opción para servir a la hora de la comida, ya que es un plato bastante sustancioso que equilibra una buena cantidad de verduras, cereales (a un buen caldo de pollo nunca le puede faltar su respectivo fondo de arroz) y una pieza de proteína, o sea el pollo. No es taaan difícil de preparar y es muy llenadora.
Esta es la razón por la que el caldo de pollo es el mejor remedio para curar un mal día
El caldo de pollo es EL platillo al que acudimos inmediatamente cuando nos sentimos mal -ya sea por un malestar físico o emocional-; incluso hay un libro que se llama Caldo de pollo para el alma y es que es cierto, cuando le das una buena cucharada al caldo sientes que te va directo a reparar el alma. Realmente esa sensación calentita hace que nos reconforte pero, ¿qué tan cierto es que el pollo es bueno para curar un mal día?
En primer instancia, nos recuerda a los actos de nuestra mamá y abuela que nos apapachaban a través de la comida que nos preparaba con mucho amor, así que esta es una forma de regresar a esa forma de darnos un poco de amor.
Pero visto más de cerca, en realidad el Caldo de pollo sí tiene la capacidad de reconfortarnos y hacernos un poco más felices. La carne de pollo contiene un aminoácido llamado triptófano, que es muy importante en la producción de serotonina, lo que mejora en cierta medida los trastornos del sueño, aminora la sensación de ansiedad y facilita que nos sintamos más felices.
Además, las comidas calientes y líquidas en general (caldos, sopas, bebidas y estofados) son los mejores aliados para sentirnos reconfortados, especialmente en las temporadas más frías del año.
Ahora que ya lo sabes, no dudes en 'apapacharte' con un buen caldo de pollo, tal como lo haría tu abuela o mamá. Para esto te compartiremos la receta infalible para prepararlo tal y como lo hacían ellas. Sabemos que nunca les llegaremos a los talones con el sazón, pero al menos tendremos cómo replicar su platillo cuando lo necesitemos en nuestra vida.
Primero lava y deja suavizando el arroz blanco por 15 minutos en agua tibia. Después enjuágalo y ponlo a secar.
En una olla profunda por a cocinar las piezas de pollo, así como cebolla, 3 litros de agua y sal al gusto. Recuerda que la carne debe ir sin piel para que tu caldo no sea tan grasoso.
De vez en cuando no olvides quitar la espuma que se haga en la superficie.
Corta la zanahoria, chayote, las papas y la calabacita, como de un centímetro por un centímetro.
Para este punto seguro el caldo ya empezó a hervir. De ser así, baja la flama de la estufa, tápalo y agrega el arroz.
A continuación, agrega la zanahoria. Esto, debido a que es el ingrediente que más tardará en cocinarse. Pasados cinco minutos déjale caer todos los cubitos de chayote y, hasta el último, la calabacita, espinacas y repollo.
Cada que puedas ve fijándote en cuan cocidas están ya las verduras, la carne y el arroz. Una vez que ya estén saca todo lo que puedas de la cebolla y el repollo.
Apaga un momento la olla, deja que el contenido enfríe unos cinco minutos y luego deshebra la carne y tira todos los huesos que puedas.
Revuelve el contenido y, si así lo prefieres, cocinar por unos tres minutos más.
Deja que la temperatura sea ideal para comer y sirve con un poco de todos los ingredientes. Te sugerimos que lo acompañes de chile serrano picado al gusto y gotitas de limón. Te sentirás abrazado.