Entre todos los tipos de yoga que existen, el Bikram yoga es uno que llama la atención por el ambiente en el que se practica. Una sesión de Bikram yoga tiene una duración de 90 minutos y consta de aproximadamente 26 posturas y un par de ejercicios de respiración, todo realizado en una habitación calentada a 40°C con un 40% de humedad. Los practicantes a menudo se encuentran empapados en sudor al final de la sesión.
La investigación científica también ha ayudado a aumentar su fama. Por ejemplo, en un estudio se encontró que el Bikram yoga ayuda a reducir los niveles de estrés, mejora la resistencia cardiorrespiratoria y mejora el equilibrio. Otro estudio encontró que este tipo de yoga ayuda a aumentar la fuerza de elevación y la flexibilidad del hombro, y también ayuda en la disminución de grasa corporal. Por último, otro estudio encontró que el Bikram yoga mejoró la tolerancia a la glucosa y la resistencia a la insulina en adultos mayores que estaban en alto riesgo de desarrollar enfermedad metabólica.
Pero a pesar de estos beneficios, muchas personas se siguen preguntando si es seguro realizar una actividad física en un ambiente tan caliente y húmedo. Por eso se realizó un estudio para comprobar la seguridad del Bikram yoga. Se reclutaron a 20 practicantes de Bikram yoga: 7 hombres y 13 mujeres, entre los 28 y los 67 años de edad. Antes de la práctica, cada uno de los participantes ingirió un sensor de temperatura corporal central y se colocó un monitor de ritmo cardíaco.
La temperatura central se registró antes de la clase, y cada 10 minutos durante toda la sesión. La frecuencia cardíaca se registró cada minuto durante la clase y las mediciones de esfuerzo percibido se registraron al final de la clase usando la escala de Borg del 1 al 10.
La frecuencia cardíaca fluctuó a lo largo de la clase dependiendo de la dificultad de las poses, tanto en los hombres como en las mujeres, la temperatura interna aumentó de forma constante a lo largo de la clase de 90 minutos. La frecuencia cardíaca media fue de alrededor del 80 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima prevista para los hombres y 72 por ciento para las mujeres. La temperatura interna promedio más alta fue de 39.55°C para los hombres y de 38.88°C para las mujeres. Los hombres presentaron una temperatura interna significativamente mayor en general.
Ninguno de los sujetos en el estudio presento síntomas de intolerancia al calor, sin embargo temperaturas altas centrales pueden ser de preocupación para algunos participantes, ya que el riesgo de enfermedad, como insolación, aumenta con temperaturas arriba de los 40°C.
Emily Quandt, la investigadora líder en el estudio, opina que el aumento constante en la temperatura central, así como en la frecuencia cardíaca durante la clase, es algo importante que se debe considerar, sobre todo teniendo en cuenta que las posturas que se realizan en Bikram yoga son de equilibrio y fuerza, no cardiovasculares. Aunque los participantes presentan una sudoración excesiva, todo parece indicar que no es suficiente para enfriar el cuerpo.
Los investigadores sugieren tres opciones para mejorar una clase de Bikram yoga: reducir la duración de la clase (los participantes comenzaron a experimentar temperaturas centrales peligrosas a los 60 minutos de la sesión), reducir la temperatura y enfocarse en la hidratación. Para muchos practicantes de Bikram yoga, entre menor sea el número de veces que tomas agua, la práctica se vuelve más consciente y existe una disminución en la distracción mental. Según el estudio, mejorando estas cosas, se puede aprovechar al máximo los beneficios del Bikram yoga.
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