La enfermedad celíaca o celiaquía es la intolerancia alimentaria genéticamente más común, un transtorno autoinmuno en el cual el cuerpo reacciona al gluten, una sustancia insoluble en agua que encontramos en el trigo, la cebada y el centeno. El sistema inmune de quienes lo padecen reacciona a su consumo mediante la destrucción de la parte del intestino delgado que absorbe los nutrientes vitales.
Entre los síntomas de esta enfermedad está la diarrea, el dolor abdominal, la hinchazón y el estreñimiento; puede también asociarse con anemia, reducción del crecimiento, perdida de peso y fatiga entre otros. De allí la necesidad que tienen de adherirse a una dieta sin gluten, pero lamentablemente, muchas veces fallan en hacerlo. ¿A qué se debe?
Una dieta sin gluten es el único tratamiento seguro y efectivo para esta enfermedad, pues cuando el gluten no es parte de la dieta el intestino delgado se cura y el paciente puede regresar a una vida normal. Sin embargo, adherirse a este tipo de dieta resulta en un reto para los celiacos de todas las edades, pero especialmente difícil para niños y adolescentes siendo una de las principales causas las presiones sociales, culturales y económicas a las que se enfrentan.
Por otro lado estudios recientes señalan que la falta de información y educación sobre esta enfermedad representa también un obstáculo. A esto se suma la limitada disponibilidad de productos libres de gluten y a los altos costos que deben pagarse por ellos.
Un estudio reciente publicado en la revista BMC Gastroenterology evaluó a pacientes menores de 20 años de edad para examinar los factores determinantes de la falta de adherencia a una dieta libre de gluten. Este estudio se realizó entre noviembre de 2011 y febrero de 2012 en la Clínica Ambulatoria de Gastroenterología Pediátrica en Sao Paulo, Brasil, evaluando también sus hábitos alimenticios y su estado nutricional.
Además de un cuestionario sobre su vida social, el conocimiento sobre su padecimiento, la rutina alimentaria en casa, escuela, viajes y eventos sociales, así como sobre la dieta libre de gluten, los investigadores usaron sus registros médicos para verificar enfermedades asociadas, pruebas de laboratorio y pruebas de peso, estatura e índice de masa corporal tanto del momento del diagnóstico como de uno, dos y cinco años después de este.
Resultó interesante que el 91.4% de los pacientes y sus familiares informaron estar en un estado de salud bueno, muy bueno o excelente en comparación con la gente de la misma edad sin enfermedad celíaca pues la adherencia a la dieta libre de gluten mejoró su salud y bienestar. Sin embargo, los investigadores encontraron que casi la mitad de los participantes tenían otra enfermedad además de la celiaquía siendo la más común es la diabetes tipo 1.
Las razones para no adherirse a una dieta libre de gluten
Este estudio también reveló que el 20% de los pacientes no se adhiere estrictamente a una dieta sin gluten, siendo las razones para no hacerlo: el alto costo, la baja palatabilidad y la falta de opciones, siendo las menos recurrentes la socialización con amigos y el incumplimiento voluntario.
Ahora bien, la mayoría de los pacientes que participaron en el estudio mencionaron que les era fácil seguir la dieta sin gluten y que estaban completamente conscientes de que tendrían que seguirla durante toda la vida, pero también aceptaron que la enfermedad representa un desafío constante en su día a día.
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