Seguramente sabes que cada persona tiene rasgos distintivos, haciéndonos completamente únicos, siendo los más comunes las huellas digitales, la voz y la forma en la que caminamos. Resulta que uno de los atributos más característicos de una persona es la forma en la que mastica.
Hay masticadores rápidos y masticadores lentos, masticadores largos y masticadores cortos, personas que mastican del lado derecho y personas que mastican por la izquierda. Algunos mastican hacia arriba y hacia abajo, y otros de lado a lado. Y existen un montón de recomendaciones de cómo masticar correctamente.
Estoy segura que has escuchado que la forma en la que masticas los alimentos tiene un impacto en tu salud. Por ejemplo, para bajar de peso es necesario masticar los alimentos por mucho tiempo, esto con la idea de quemar calorías. También se dice que si masticas por un periodo largo, le darás a tu cerebro la impresión de que has comido más de lo que realmente estas comiendo.
Obviamente la masticación es el primer paso para la digestión. Los alimentos deben ser masticados para que se puedan tragar con facilidad y, cuando lleguen al estómago, se digieran correctamente. Al masticar logramos que la comida reduzca su tamaño, permitiendo que los jugos gástricos del estómago la degraden aún más y la reduzcan a un tamaño microscópico. Esto permite que los nutrientes y fluidos sean absorbidos en el tracto gastrointestinal.
Aunque lo hacemos en automático, masticar es un proceso complejo. Se involucran varios elementos neuromusculares, siendo los músculos de la mandíbula una pieza clave. Si hablamos de presión por unidad de actividad, estos músculos son los más fuertes que tenemos en el cuerpo. Y sin embargo tienen una sensibilidad impresionante. Los músculos de la mandíbula pueden ejercer la fuerza necesaria para morder algo duro, pero al momento que detectan que se rompió, aplican si propio sistema de frenado rápido y automático. Sin ese reflejo, nuestras muelas chocarían a toda velocidad una contra la otra.
Cuando hablamos de una mordida, lo primero que nos viene a la mente es la fuerza, pero algo que debemos tener en cuenta es la impresionante sensibilidad de los dientes y la mandíbula. Los dientes humanos pueden detectar un grano de arena con un diámetro de 10 micras.
Además el simple hecho de masticar puede hacer que disfrutemos más nuestra comida. Seguramente has notado que toma más tiempo comer alimentos crujientes y con textura, y también los disfrutas más que los alimentos blandos. Y los grandes productores de alimentos están consciente de esto… ¿papitas fritas?. Pero existen alternativas saludables de alimentos crujientes, nutritivos y llenos de fibra como las manzanas, apio y zanahorias.
Imágenes | Quinn Dombrowski | Joshua Rappeneker | Christopher Paquette |
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