No sé ustedes, pero en donde crecí, Jalisco y zonas aledañas como Michoacán y Colima, se hace una sopa con arroz y frijoles, muy humilde pero exquisita, llamada morisqueta. A veces me gusta escribir sobre los platillos ignorados porque hoy la comí y siempre me hace sentir feliz hacerlo.
Ingredientes
Taza y media de arroz tipo Morelos o de grano corto, un litro de agua más media taza, y una cucharada de sal de mar.
Procedimiento
Se limpia el arroz y se enjuaga, aparte se pone el agua con la sal en una cazuela de dos litros y se vuelca el arróz lavado. Se pone al fuego alto sin tapar hasta que casi rompe hervor, se baja la flama, y se deja consumir casi por completo el agua. Se prueba, y debe sentirse cocido, se agrega la media taza extra y se deja al fuego hasta que se evapora toda el agua.
Esto es para hacer que el arroz quede gomoso. La morisqueta casera, no se sirve con el arroz largo y esponjado de granos sueltos, es uno de sus encantos, queda medio aglutinado y así es deliciosa. Para servir, se acompaña de caldo de frijoles, que en el Occidente de la República son claros o medio rojos, no negros, y si se desea, se puede comer con salsa de jitomate (tomate rojo) y chile serrano o de árbol fresco, hervida y licuada con sal únicamente, luego se espolvorea con queso fresco. ¡Deliciosa! Les muestro 3 formas de servirse, según los gustos de cada quién. (Pueden agregar crema al plato), o servir cocida con un trocito de mantequilla solamente.
En Directo al Paladar, les dejo el post de salsas picantes, por si desean probar esta sencilla sopa con otras salsas. Sin salsas es ideal para niños, y deliciosos frijoles con el toque de antaño.
