¿A quién no le encanta la pizza? A cualquiera se le puede hacer agua la boca de tan solo pensar en una quesosa rebanada de pizza, pero hay muchas personas que evitan consumirla para no aumentar de peso. Esto no tiene porqué ser así. Comer una pizza saludable es posible: el secreto está en escoger los ingredientes y acompañamientos adecuados.
A veces creemos que para mantener una dieta sana hay que restringir ciertos alimentos y, si es posible, eliminarlos de la dieta cotidiana "porque engordan". No hay nada más equivocado que esto. En realidad, no hay ningún alimento que tenga la capacidad de engordar por sí mismo, sino que cada uno tiene diferentes calidades nutricionales y el secreto para mantener una alimentación sana es aprender a equilibrarlas.
Según Claudia Brassesco, dietista y nutricionista del Centro Julia Farré , el valor nutrimental de un alimento depende del tipo y de la calidad de los ingredientes que se utilicen para elaborarla. De esta forma, es posible comer una pizza completamente saludable si se seleccionan los ingredientes con criterio.
El primer paso es aprender a consumir las cantidades adecuadas. Si un platillo o alimento que nos gusta mucho contiene altos niveles de calorías, grasas o azúcares, podemos consumirlo pero con moderación, escogiendo un momento adecuado para comerlo.
O, ¿por qué no? podemos preparar versiones de estos platillos de forma casera, construyendo versiones que pueden incluso más nutritivas. Te contamos cinco claves para que puedas preparar la más deliciosa y saludable receta de pizza casera.
El secreto está en la masa
Es preferible evitar las masas elaboradas a partir de harinas refinadas. En su lugar, se aconseja utilizar harina integral o de legumbres, agua, sal y levadura para hacer tu propia masa más sana y sin grasas hidrogenadas. También se pueden preparar a partir de vegetales como brócoli o coliflor. Le darán una textura increíble a tu pizza, además de que incrementan la cantidad de fibra del platillo.
Salsa de tomate casera
Cambiemos la salsa de tomate en lata, que además de contener mucha sal suele tener bastantes conservadores. Puedes preparar una salsa de tomate casera con aceite de oliva. Así incorporaremos mayor cantidad de fibra y licopeno, que es un antioxidante que protege ante ciertos tipos de cáncer. Si no tienes tiempo para prepararla, también puedes buscar una que no tenga azúcares añadidos ni aditivos.
Escoge bien el queso
Lo mejor es evitar los quesos para hacer pizza que te venden en el supermercado. En su lugar, puedes utilizar mozzarella rallada. También puedes optar por utilizar queso magro, así además de proteínas, aportarás menos cantidad de grasas saturadas y mayor cantidad de vitamina A, vitamina D y calcio.
Los ingredientes que decidas para el topping pueden hacer la diferencia
Cambia los embutidos y carnes procesadas ricos en grasas por proteínas de buena calidad nutricional como huevo, pollo y muchas, muchas verduras frescas. Hay para todos los gustos: desde cebolla, pimientos, champiñones, calabacitas, elote. Las posibilidades son infinitas. Mientras más equilibrada y más verdura tenga tu pizza, será más saludable.
Atrévete a experimentar
Aprovecha para combinar hierbas aromáticas y especias. Le darán un sabor inigualable a tu pizza. Puedes usar arúgula como topping, mientras que el orégano, la albahaca y el ajo serán tus mejores aliados para sazonar tu salsa.
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