Esta es una de esas recetas que deberías tener siempre a la mano, porque funciona lo mismo para comidas dulces, que saladas. Además, tiene la gran ventaja de que, si la almacenas en el refrigerador, puedes usarla hasta una semana después de haberla preparado.
Hoy queremos compartirte esta receta de masa quebrada, o pasta brisa, para que deleites a tu familia con tartas, tartaletas o quiches.
La preparación de esta masa es sencilla. Solo debes tener un poco de paciencia con los tiempos de reposo y tener un buen rodillo de repostería para estirar la masa y un bowl metálico para realizar la pasta.
¡Ponte el mandil, que vamos a manipular mucha harina!
Pon en un bowl metálico profundo la harina tamizada.
Añade la mantequilla fría, cortada en cubos muy pequeños.
Mezcla con tus dedos, para conseguir una masa que parezca arena.
Agrega la sal y el azúcar, así como un huevo.
Si lo deseas y quieres darle más sabor, también un chorrito de leche entera.
Haz una bolita con la masa y déjala reposando por una hora en el fondo del bowl, cubierto por un plástico de cocina o un paño de fibras bastante compactas.
Luego de pasado ese tiempo, estira la masa con el rodillo de cocina.
En este punto, ya está lista para que la coloques en los moldes de aluminio, previamente untado con mantequilla. No obstante, si lo deseas también puedes guardarla en el refrigerador, envuelta en el plástico de cocina, hasta por una semana.
Antes de ese tiempo, puedes sacarla cuando quieras, enharinas una superficie y trabajarla con el rodillo. ¡Será ideal para que la uses en cualquier plato dulce o salado!
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