En México nos encanta ponerle salsa verde a todo, y es que se trata de una de las formas más fáciles y rápidas de preparar guisados con mucho sabor.
Con decir 'salsa verde' podemos desplegar un sinfin de preparaciones muy mexicanas que nos acompañan a través de nuestra historia personal, desde esos clásicos chilaquiles que nos tomamos en el desayuno, la salsa que le ponemos a nuestros tacos, quesadillas y hasta en guisados.
En fin, la salsa de tomate verde es eso que nunca puede faltar en las cocinas mexicanas. Y te entiendo, hay veces en las que la salsa no nos queda tal y cómo la preparaba nuestra mamá, ya sea porque queda muy aguada o muy ácida. No te apures, esto es completamente normal. Seguro hasta a tu mamá también le pasaba pero nunca lo decía. Por esto, esta vez vamos a develar esa serie de secretos, para que una salsa ácida no vuelva a arruinar tu día.
Cinco tips para quitarle lo ácido a la salsa verde
Antes de poner a cocinar los tomates verdes, asegúrate de que estén bien lavados para quitarles esa textura pegajosa que se encuentra sobre la piel y debajo de la cáscara. Esto es muy importante, porque de otra forma no lograremos que el sabor de la salsa sea completamente agradable.
Procura escoger tomates verdes y bien maduros. Si preparas la salsa con los tomates en su punto es mucho menos probable que la salsa tenga un sabor ácido.
Siempre puedes tatemar los tomates antes de preparar la salsa, esto hará que el sabor ácido se minimice y lo remplazará por el sabor tatemado de la piel del tomate.
Esta es una técnica secreta de técnicos en alimentos (y de mamás expertas): agrega una cucharadita de bicarbonato de sodio a los tomates mientras los estés cociendo. Esta técnica balanceará el pH de la hortaliza y sin duda alguna va a evitar que tu salsa quede ácida. Esta técnica también sirve para la salsa de jitomate.
- En caso de que ya se te haya pasado la oportunidad de solucionarlo en alguno de estos pasos anteriores, puedes balancear el sabor agregando un poco de azúcar morena. No te preocupes, esto no alterará el sabor ni la textura. Sólo quitará el sabor ácido.
Ahora ya lo sabes: no tienes que entrar en pánico ni conformarte con una salsa que no te gusta en absoluto. Siempre recuerda estas 5 opciones infalibles para rescatar tu salsa de la temible acidez.
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