Siendo el tiramisú uno de mis postres favoritos, cada que encuentro soletas italianas en el supermercado, no me puedo resistir y termino comprando un paquete. Así siempre tengo un pretexto para preparar un tiramisú casero. En esta ocasión decidí bañar las soletas con café y un poco de Amaretto, para después colocarlas en capas entre la crema de queso mascarpone y crema.
Una de mis preocupaciones con la receta tradicional del tiramisú es que lleva huevos sin cocinar. Así que modifique un poco la receta original para cocinar un poco los huevos y eliminar cualquier riesgo de infección por alimentos, al final el sabor sigue siendo el mismo. Sin duda es un platillo perfecto para terminar una rica comida, y mucho más especial para todos aquellos que somos amantes del café.
En un recipiente mediano mezclar el café con el amaretto. Dejar enfriar a temperatura ambiente.
Colocar los huevos y el azúcar en un recipiente resistente al calor. Colocar a baño María y, moviendo continuamente, esperar hasta que alcances 50°C. Retirar del baño María, agregar la vainilla y la otra cucharada de amaretto. Con batidora eléctrica batir hasta que esponjen y cambien de color.
Añadir el queso mascarpone y la crema para batir, seguir batiendo hasta que esponje un poco más.
Bañar las soletas por los dos lados con la mezcla de café. Colocar una capa de soletas en un refractario, cubrir con la crema de mascarpone. Nuevamente añadir una capa de soletas y terminar con una capa de crema de mascarpone. Cubrir con plástico y refrigerar mínimo 4 horas.
Antes de servir espolvorear con un poco de cocoa.
Con qué servir el tiramisú clásico
El tiramisú clásico es el postre ideal para terminar cualquier comida, especialmente si esta compuesta de platillos típicos de la cocina italiana. Si quieres realizar un maridaje, te recomiendo un vino dulce o una cerveza oscura como una porter o stout.
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