Uno de mis ingredientes favoritos para agregar a postres, es la calabaza. Es cierto que, en la mayoría de los grandes supermercados de México, este ingrediente sólo aparece durante el mes de octubre, pero si buscamos en buenos mercados, es posible encontrar calabaza durante más meses.
Aprovechando los días de vacaciones, prepare un rico y sencillo pastel de calabaza con leche condensada. La cantidad de harina que lleva es bastante pequeña, por lo que tiene una consistencia más parecida a la de un flan o un pay de queso. Su sabor es bastante delicado, así que les gusta a grandes, chicos, amantes de la calabaza y aquellos que no lo son.
En una olla grande coloca la calabaza en trozos junto con una rama de canela, 5 tiras de cáscara de limón, una pizca de sal y 1 litro de agua. Lleva a ebullición, moviendo ocasionalmente; reduce el fuego y deja cocinar a fuego bajo durante 20 minutos. Retira del fuego, deja enfriar unos minutos y cuela la calabaza, retirando la rama de canela y la cáscara de limón.
Precalienta el horno a 180°C. Engrasa un molde para tartas o país de 28 centímetros de diámetro aproximadamente.
En un procesador de alimentos coloca la calabaza cocida, la leche condensada, leche, harina, huevos, canela y mantequilla. Procesa hasta que todos los ingredientes estén integrados y obtengas una mezcla homogénea y suave.
Vacía en el molde y hornea durante 30-35 minutos, o hasta que empiece a dorar ligeramente en las orillas.
Con qué servir el pastel de calabaza con leche condensada
El pastel de calabaza con leche condensada es un platillo que sabe muy bien por si sólo, pero si quieres darle un toque especial, lo puedes acompañar de una bolita de helado de vainilla, o de crema batida con un toque de canela.