Hace algunos meses comentábamos aquí algunos errores que debemos evitar al preparar nuestras ensaladas, tales como olvidarnos de sazonar, añadirle cualquier ingrediente sin combinarlo adecuadamente, no usar la cantidad adecuada de aderezo, o añadirle inmediatamente el aderezo o la vinagreta.
Pero ahora que estamos en plena época de calor, y que uno de los platillos que más se nos antoja por su frescura son las ensaladas, es muy fácil que tengamos la intención de hacer nuestra ensalada para llevar, ya sea al colegio o al trabajo. Pero preparar una ensalada para servirla en casa es diferente a preparar una ensalada para llevar, y debemos procurar evitar estos errores.
No secar las hojas verdes
Un paso que siempre debemos hacer al preparar una ensalada es lavar bien nuestros ingredientes, principalmente los de hoja verde: espinacas, acelgas, lechugas, kale, hierbas, o las que elijamos. Pero otro paso que muchas veces olvidamos es secar dichas hojas verdes. Este último paso es la clave para hacer una gran ensalada. La mejor manera de remover ese exceso de agua que queda en las hojas, es con ayuda de un centrifugador de cocina.
Si no tenemos uno de estos, también podemos sacudir el agua de las lechugas y hojas verdes para luego colocarlas en una sencilla capa sobre una servilleta de cocina limpia. Enseguida, haremos un rollo no muy forzado y aplicaremos un poco de presión sobre toda la servilleta. Por último, deshacemos el rollo y estamos listos para seguir con la preparación de nuestra ensalada.
No sazonar la lechuga y las hojas verdes
Otro de los errores más comunes que tenemos al hacer una ensalada es olvidarnos de agregar sal y pimienta a nuestros ingredientes de hoja verde antes de añadirles el aderezo. No hay que olvidarnos, que la función de estos dos sazonadores es realzar los sabores de nuestros alimentos.
No empacar correctamente
Cuando se trata de ensaladas para llevar, debemos seguir el siguiente método: lo primero es colocar al fondo de nuestro recipiente los ingredientes más pesados y los más resistentes como son los granos, los frijoles, las nueces y los pimientos morrones, seguidos de los que son más ligeros, sin olvidarnos que las lechugas y hojas verdes deben ser los más cercanos a la parte superior de nuestro contenedor. De esta manera, lograremos que nuestra lechuga pierda su textura crujiente y firme.
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Agregar el aderezo o la vinagreta
De entre los ingredientes de una ensalada, si hay alguno que puede deteriorar rápidamente nuestras hojas verdes ese es el aderezo o la vinagreta. Si en nuestro trabajo tenemos un refrigerador, será mejor que almacenemos allí una botella de aderezo, o bien, que en un recipiente aparte, más pequeños, lo llevemos por separado. Lo mismo se sugiere con frutas y vegetales que sean particularmente jugosas.
Otra opción, es que el aderezo o vinagreta sea la primera capa que ponemos en el contenedor, de manera que solo toque los ingredientes más duros, y no se acerque a las hojas verdes. Desde luego, mezclaremos únicamente cuando estemos listos para comer.
No dejar que se enfríen los demás ingredientes
Aunque usualmente usamos ingredientes frescos en nuestras ensaladas, muchas veces agregamos alguno que necesite cocción, ya sea alguna proteína como el pollo o los camarones, granos como la quinoa, las lentejas o los granos de elote. Éstos tienen como finalidad el que nuestra ensalada sea más densa y nos deje una mayor sensación de saciedad.
Es con estos ingredientes, con los que debemos tener cuidado de no agregarlos a nuestras ensaladas si aún no se han enfriado por completo. Esto es, para evitar que la temperatura que aún mantienen de su cocción arruine la textura y el sabor de los ingredientes frescos de nuestra ensalada.
Imágenes | Pixabay, Meal Makeover Moms En Directo al Paladar México | Ensalada de duraznos al grill y queso azul
