Tengo que confesar, que cuando de vinagres se trata siempre me quedo con los clásicos, esos que pareciera que son los únicos que todos conocemos: el vinagre de vino tinto, el vinagre blanco y el vinagre balsámico, siendo este último uno de mis preferidos.
Pero lo cierto es que existe una gran variedad de vinagres disponibles en el mercado gastronómico, todos ellos dignos de que alguna vez los probemos, y más aún, de que los utilicemos en nuestros platillos para intensificar su sabor y darle a nuestra cocina un nuevo toque de sazón. Conozcamos algunos de estos menos comunes tipos de vinagre.
Vinagres de fruta y vegetales
Quizá, cuando hablamos de vinagres de fruta el primero que se nos viene a la mente es el vinagre de manzana, pero lo cierto es que los vinagres pueden elaborarse de prácticamente cualquier fruta, como las frambuesas, los higos, los cítricos y hasta el coco.
Este tipo de vinagres pueden reforzar los sabores de una receta, pero también son una adición excelente a un plato basado en quesos como también en una ensalada de frutas, lo más sorprendente, es que puede dejarse caer un poco sobre un helado como acompañamiento.
También existe el vinagre de jitomate que puede usarse tanto para conservar los jitomates, como para aderezar una ensalada de col en lugar de utilizar el vinagre blanco o bien, podemos agregarlo a las mezclas para hacer pollo frito, para lograr que el pollo conserve más su humedad.
En cuanto a los vinagres procedentes de vegetales, el más conocido es quizá el vinagre de chile, que es mucho más ligero y con una mayor dimensión de sabores comparado con otras salsas picantes a base de vinagre.
Vinagre de malta
El vinagre de malta, producido a partir de los sobrantes de la preparación de la cerveza, tiene un sabor intenso, picante y muy definido, que es perfecto para preparar unas papas fritas. No es muy común encontrarlo, siendo los lugares con una buena cantidad de cervecerías artesanales donde podemos hallarlo.
Bien sabemos que hay muchas formas de cocinar con cerveza, y no podía ser diferente con el vinagre de malta, que es un buen sustituto del vinagre de vino tinto el cual en ocasiones puede resultar muy ácido tras la cocción. Dicho esto, el vinagre de malta lo podemos usar para realzar unas papas horneadas, unas hamburguesas, marinar carnes rojas especialmente de cordero y conejo, mezclar con mostazas e incluso para condimentar unas salchichas.
Vinagre de miel
Por raro que parezca, lo cierto es que el vinagre de miel no solo es perfecto para cocinar, sino también para preparar cocteles con base en alcohol o agua mineral y se le conoce también por ser un buen sustituto del vinagre de vino blanco. Si no lo encontramos en el mercado, prepararlo en casa es muy sencillo, simplemente mezclando miel y agua en una relación 5 a 1, cubrirlo con una tela tipo gasa y dejarlo fermentar durante un mes.
Vinagres de arroz
Los vinagres de arroz son comúnmente usados en la cocina china y en la cocina japonesa y hoy en día los más básicos pueden encontrarse en el supermercado. Pero si queremos un sabor diferente y más complejo, una opción es utilizar el vinagre negro chino hecho a base de arroz y malta o el vinagre ámbar, siendo este último una mezcla dulce de vinagre de arroz orgánico, azúcar morena y extracto de anchoa y puede utilizarse para preparar aderezos para ensaladas, platos de arroz y salsas para acompañar los rollos primavera.
Otros vinagres de vino
Quienes son amantes del vino, o han tenido la curiosidad de investigar un poco de él, sabrán que hay diferentes tipos, lo que se debe a las variedades de uvas usadas para crearlos. Eso significa, que también hay diferentes variedades de vinagres de vino y para asegurarnos de que estamos comprando lo mejor, hay que buscar en la etiqueta de que tipo de uva proceden, y dependiendo de esta, tendrán un sabor ás delicado, más intenso o más frutal que seguro sorprenderá a nuestro paladar.
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