Uno de los dulces o acompañamientos de botanas favoritos de todos los mexicanos es el chamoy, desde muy pequeños este ha enamorado nuestros paladares ya sea en pequeños sobrecitos a los que comúnmente les agregamos polvo de chile con azúcar creando una combinación fantástica de textura y sabor o vertiéndolo sobre frutas y verduras como si fuera un dip o una vinagreta; pero ¿de qué esta hecha esta deliciosa salsa agridulce y dónde se originó?
Origen incierto
Casi todos pensaríamos que el chamoy es un producto 100% mexicano, y como no pensarlo, si somos de los pocos países en el mundo en donde sus botanas o dulces se hacen a base de chiles sin embargo, esta vez nuestra lógica nos ha fallado.
El origen del chamoy es un poco incierto pues en algunos lugares como el Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana Larousse nos explica que el chamoy fue creado en Japón, mientras que otros referentes como Rachel Laudan, la primera historiadora de la comida en rastrear la historia del chamoy y autora del libro Cocina e Imperio explica que se trata de una versión mexicana de un albaricoque muy común en China llamado prunus mume.
Diferentes presentaciones del chamoy
El chamoy es un producto tan versátil que se puede encontrar en múltiples presentaciones como:
Chamoy líquido
Es el más común y se consume solo, como salsa botanera o como cubierta de frutas.
Sagler 4425 - Cuencos para mezclar (acero inoxidable, 0,9 cm, 0,9 cm, 0,9 cm, 0,9 cm, 0,9 cm, 0,9 cm)
Chamoy en polvo
Uno de los favoritos de los niños, usualmente es utilizado para aderezar frutas y verduras como si fuera chile piquín pero con un toque más acido y dulce a la vez.
Chamoy sólido
Caramelos macizos de chamoy solo o acompañado de otro sabor generalmente frutales como sandía, tamarindo y mango.
Lo cierto es que venga de donde venga, el chamoy llegó a México para quedarse y se ha instalado en los corazones de casi todos los mexicanos regalándonos sonrisas y buenos recuerdos cada vez que nos comemos unas frescas botanas bañadas en esa deliciosa salsa agridulce.
Foto | Flickr |
Fuentes | Larousse cocina | Cuisine and Empire, Rachel Laudan |
- En una olla con 750 ml de agua cocina por 10 minutos la pulpa de tamarindo, el chabacano y la jamaica o hasta que la pulpa y los chabacanos queden suaves y deja enfriar.
- Remueve las semillas del tamarindo y las de los chabacanos y vierte en una licuadora junto con un chorro del agua de cocción.
- Añade el azúcar, sal y chile en polvo.
- Licúa la mezcla hasta obtener una consistencia viscosa.
- Regresa a la olla, agrega el jugo de naranja y limón y cocina por 5 minutos.
- Reserva y déjalo enfriar.